miércoles, 6 de mayo de 2009

Magia del Caos I

Magia del Caos

Todo es mentira. La Magia del Caos podría considerarse como la más moderna rama del ceremonial hermético. Hundiendo sus raíces profundamente en el anarquismo ontológico, esta anti-tradición se ríe de todo lo establecido, mezclando filosofía clásica con arte pop y rituales extáticos con matemática y física avanzadas.

Ese gran rollo histórico

Aunque la Magia del Caos como tal es un fenómeno moderno (nacido a finales del siglo XIX – principios del XX), su base filosófica puede rastrearse hasta las ideas dualistas del neoplatonismo y el gnosticismo.

Los principios que más tarde regirían el paradigma caótico se encuentran ya en las obras del filósofo Jámbico (250-325DC), fundador de la escuela Siria del neoplatonismo. Jámbico estudió taumaturgia en la escuela de Alejandría y sus ideas se extendieron rápidamente entre los cultos herméticos: separó los mundos espirituales de Platón, descubriendo nuevas categorías intermedias entre ellos, lo que describía una realidad muy parecida a la umbra actual. Además en sus escritos desveló la corriente más mística del pensamiento pitagórico, tejiendo un tapiz donde la matemática y la metafísica se fundían en un solo principio.

Sin embargo, su mayor logro provino de su intención de reconciliar el platonismo con las viejas creencias religiosas egipcias y asirias. Jámbico postuló que aunque los viejos dioses no existían realmente, se podía seguir utilizando magia para invocarlos, ya que las fuerzas cósmicas aparecerían bajo sus apariencias tradicionales. Es más, ni siquiera importaba bajo la apariencia de que dios las invocaras. Acababa de entrar en el mundo un concepto que será ya familiar a cualquier jugador de Mago: el sistema de meta-creencia, en el que se sustenta la idea de una realidad subjetiva.

No encontramos más datos históricos relevantes para la Magia del Caos (salvo quizás en las invocaciones enoquianas de John Dee) hasta principios del siglo XIX. Esta fue una época de resurgimiento para las Tradiciones. El Romanticismo llamaba a una nueva época de magia y misticismo. Surgieron gran cantidad de grupos iluministas que peleaban por redescubrir los “Grandes Misterios Arcanos de la Antigüedad”. Entre ellos se encontraban, por supuesto, los textos de Jámbico.

A finales del siglo XIX se orquestó una verdadera revolución del paradigma hermético, mediada principalmente por la orden del Golden Dawn (Amanecer Dorado) y Aleister Crowley. Se ha llamado a Crowley “el Picasso de los magos”. Creó un complicado sistema de magia que reunía elementos de la más Alta Magia Ritual hermética con tradiciones más propias del Culto del Éxtasis: cábala, enoquiano, taoísmo, budismo tántrico, simbología egipcia y meditación trascendental. Se separó del Golden Dawn tras desvelar todos sus secretos en una revista (y la consecuente y cruenta batalla espiritual con los líderes de la orden que según dicen llegó a durar varios meses) y se retiró a fundar su propia religión: la Thelema (o en palabras de la enloquecedora Entidad Exterior que poblaba sus noches “porque haz lo que quieras será toda la ley”).

Los trabajos de Aleister Crowley influirían en gran medida en la Magia del Caos, que posiblemente es la tradición occidental más influenciada por ideas orientales.

Otra miembro de la Golden Dawn, Dion Fortune, fusionó la numerología cabalística con matemática avanzada, formando las bases de la moderna Magia del Caos de la hermética Casa Fortunae.

Los heraldos del Caos

Sin embargo todavía nadie había creado un sistema mágico adecuado a la mentalidad filosófica y científica del siglo XX.

Y entonces apareció Austin Osman Spare. Mezclando las enseñanzas de Crowley con shamanismo, brujería e intelectualismo, Spare creó su llamado “sistema libre y obsesionante de magia”, el precursor de la Magia del Caos. Su magia decía enfocar la energía sexual a través de “letras sentientes”, que utilizaba para invocar espíritus o materializar deseos. Esta técnica cumplía los requisitos para ser considerada magia del caos: era simple, sin base paradigmática y altamente efectiva. Spare también desarrolló una división platónica del mundo en Zos (cuerpo) y Kia (alma) y estudió el concepto del Vacío.

Spare es considerado el “abuelo” de la Magia del Caos, pero realmente ésta no apareció hasta finales de los 70, gracias a los esfuerzos mágicos de dos jóvenes británicos: Ray Sherwin y Peter Carroll. Insatisfechos con el medievalismo reinante entre las Tradiciones Místicas por aquella época, Sherwin y Carroll decidieron crear su propio estilo mágico, uno que obtuviera resultados aplicando técnicas no dogmáticas de magia. Carroll rescató la técnica de “letras sentientes” de Spare y la desarrolló hasta conseguir los actuales sígiles mientras Sherwin enfatizaba un sistema dualista basado en la Muerte y el Sexo.

Juntos, Sherwin y Carroll dieron forma a la actual Magia del Caos, uniendo retazos de la Thelema, los cultos Zos-Kia de Spare, shamanismo y tantra con sus propias inclinaciones anárquicas. Pero al final terminaron separándose entre acusaciones mutuas de sectarismo y sus seguidores terminaron disgregándose (algunos dirían que caóticamente…).

Actualmente, y gracias sobre todo a la entrada de los Adeptos Virtuales en el Concilio de las Tradiciones, la Magia del Caos se ha vuelto hacia la ciencia, incorporando elementos de la mecánica cuántica, física teorética, ordenadores e Internet y la propia teoría científico-matemática del caos. Su facilidad de uso, su falta de dogmatismo y su calidad como Alta Magia Ritual están haciendo que la Magia del Caos se extienda como la pólvora entre los jóvenes magos tradicionales y sus primos Huérfanos. Quizás las Tradiciones (y la Tecnocracia) deberían empezar a seguir más de cerca este fenómeno…

Contra-filosofía

Todo es mentira. Éste es el principio filosófico del caos: “Todo fluye, nada permanece”. La creencia (al contrario de lo que piensan las otras Tradiciones) no es algo intocable, sino una realidad maleable y dinámica más, algo que puede (e incluso debe) ser cambiado. El resto – teoría, técnicas, focos, etc. – no importa a la hora de cambiar el mundo. Todo es negociable.

La Magia del Caos es una contra-filosofía, nihilista, post-moderna, anarquista y delirante (encaja con nuestros tiempos…). Los magos del caos ven que la vida misma es magia, incomprensible y absurda, pero magia al fin y al cabo. Les encantan palabras como probabilidad, flujo, cambio, anarquía y hablar de forma casi religiosa sobre teorías científicas y modelos matemáticos, como la física cuántica, los fractales o el último avance en ordenadores.

Debes abrazar la Muerte, porque sólo entonces podrás vivir la vida. Entiende que nada tiene sentido. Ríe ante las puertas del Apocalipsis. Despréndete de tu programación de robot: crea tu propio significado; no dejes que te lo dicten otros (ni tus padres, ni tus profesores, ni tu jefe, ni la televisión, ni la Tecnocracia y mucho menos ese $#!@%$ de reclutador de las Tradiciones). Conviértete en el arquitecto de tu propio Destino. Si nada es verdad, entonces todo está permitido.

Gnosis

No, no hemos cambiado de juego de repente… La Gnosis es “la madre del cordero” de la Magia del Caos. Sin Gnosis, todo lo demás no sirve de mucho, ya que en todas las técnicas caóticas los hechizos y recetas deben ser lanzados en estado de Gnosis.

La Gnosis es una consciencia mágica del mundo. Es la puerta que nos permite entrar en una nueva realidad. Es la apertura del chakra del tercer ojo reptiliano, que nos permite alcanzar una visión expandida del universo y de nosotros mismos. Es el Awen de los druidas, la no-mente de los artistas marciales. Es lo que nos permite dejar de pensar como primates y empezar a actuar como dioses.

En definitiva, la Gnosis es una especie de trance o, mejor dicho, un estado de percepción alterada.

Para alcanzar la Gnosis hay que vaciar lamente, parar la cháchara mental. Para ello cualquier método es bueno: drogas, sexo salvaje, bailar hasta caer al suelo y vomitar (rock, heavy metal, ská e incluso antiguas danzas derviche, pero nunca música bakalaera), meditación trascendental, pranayama, inhibición sensorial… Todo esto puede sonar un tanto extremo, ¡pero es condenadamente divertido!

Algunos Adeptos herméticos han teorizado que la Gnosis caótica es una forma de Ascensión escalonada. Los magos del caos van más allá: con la Gnosis no sólo se beneficia el que la practica, sino todos a su alrededor: cuanto más Gnosis experimentes, más Iluminación añadirás al consenso colectivo del mundo. O en otras palabras: ¡magia y pensamiento libre para todos (gratis)! (Si la Tecnocracia creyera que esto es realmente posible, hace tiempo que nos habría matado a todos…)

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