martes, 29 de diciembre de 2009

Sin título

 

Espera

Pensamiento Mínimo

¿Te sientes solo? ¡Hazte esquizofrénico!

Logros de las Super Razas

¿Fue así?

¿Habitaron seres humanos en las selvas que ahora nosotros vemos transformadas en carbón? ¿Conocían técnicas que resultaban imposibles en aquellas épocas? ¿Tenían conocimientos médicos que podían llegan incluso a operar a una persona? ¿Cazaron dinosaurios?

Hacia 1880, en el estado de Colorado (EE.UU), un ranchero salió a buscar carbón de un filón existente en la ladera de una colina. El cargamento que recogió procedía de un lugar situado a unos 45 metros de la boca del filón, y a unos 90, metros por debajo de la superficie. Al regresar a casa empezó a partir los trozos de carbón, y de uno de ellos saltó un dedal de hierro. O por lo menos, se parecía a un dedal, y en la localidad pronto fue conocido con el nombre de «dedal de Eva». Tenía las mismas muescas que tienen los dedales modernos. El metal se deshizo en migajas al ser manoseado por los vecinos curiosos, hasta que finalmente se perdió.

Aún admitiendo que los indios utilizaran dedales de hierro en siglos remotos, el misterio subsiste, ya que el carbón del cual procedía este objeto se formó entre el período cretácico y la era terciaria, hace unos 70 millones de años. Y según la opinión de los expertos, la humanidad no existía aún: lo más parecido a seres humanos eran unos pequeños mamíferos parecidos al lémur que vivían en los árboles. La inteligencia humana aún no había aparecido, y por supuesto no cabe hablar de metalurgia del hierro.

En 1844, otro inexplicable artefacto de hierro era sometido a una investigación cuidadosa y detallada. Un bloque de piedra de 60 cm de largo, procedente de la cantera de Kingoodie, cerca de Dundee (Escocia), estaba siendo limpiado. Un clavo de hierro enmohecido fue hallado en el punto donde la piedra y la tierra se los encontraban. El extremo puntiagudo del clavo se proyectaba poco más de un centímetro hacia la tierra, mientras que el resto reposaba sobre la superficie de la piedra, exceptuando los últimos 2,5 cm del extremo de la cabeza, clavados en ésta. Se estimó que el bloque se había formado hacía 60 millones de años.

De vez en cuando se han hallado objetos de decoración prisioneros en carbón o roca sólida. En 1852 fue dinamitada una masa rocosa en Dorchester (Massachusetts, Estados Unidos). Los obreros encontraron dos fragmentos de un objeto metálico entre los trozos de roca. Al juntarlos, formaron una vasija en forma de campana de 11 cm de alto por 16 cm de diámetro en la base. Parecía hecha de una aleación que contenía plata.

El escritor René Noorbergen cita casos de objetos en lugares incomprensibles: por ejemplo, en 1891 la señora S. W. Culp, de lllinois, estaba extrayendo carbón cuando un trozo se rompió revelando una cadena de oro, situada en una cavidad en forma de lazo.

Uno de los objetos anacrónicos más famosos es el conocido como «cubo de Salzburgo»: en 1885, cuando un trabajador de una fundición de hierro de Austria estaba rompiendo trozos de carbón de Wolfsegg, halló un objeto de hierro de forma cúbica, aunque algo deformado. Noorbergen repite la descripción del objeto, que pronto fue muy conocido:

Los cantos de este extraño objeto fueron con anterioridad perfectamente rectos y definidos; cuatro de sus lados eran planos, mientras que los dos lados restantes, situados uno enfrente del otro, eran convexos. A media altura tenía una ranura bastante profunda.

En realidad, la forma del objeto, que se encuentra actualmente en un museo municipal cerca de la fundición donde fue hallado, no se parece en nada a un cubo: su única superficie plana es el resultado de una rodaja que le fue separada para ser analizada químicamente.

El análisis demostró que el metal no contiene níquel, cromo o cobalto, por lo que no puede tratarse de un meteorito, como se había pensado en un primer momento. Parece una especie de hierro forjado. La pregunta crucial es si realmente se formó en el seno de un trozo de carbón. Parece ser que el científico que investigó el cubo por primera vez y que sugirió que se trataba de un meteorito no intentó siquiera encontrar el trozo de carbón con la cavidad que había albergado al cubo. A falta de este dato decisivo, el cubo de Salzburgo recibió una publicidad del todo desproporcionada respecto a su valor intrínseco.

Existen otros varios relatos de objetos descubiertos en sitios inesperados. En 1967 se dijo que se habían encontrado huesos humanos en una vena de plata de una mina de Colorado. Una punta de flecha de cobre de diez cm de largo les acompañaba. Hubo acuerdo general en que el yacimiento de plata tenía millones de años y era, naturalmente, mucho más viejo que la humanidad.

La Creation Research Society (Sociedad de Investigación sobre la Creación), fundada en los Estados Unidos, se dedica por convicciones religiosas a derrumbar la teoría convencional de la evolución de las especies.

En 1976 un periódico publicó la descripción de una cuchara que fue encontrada en 1937 mezclada con carbón blando de Pennsylvania. La cuchara fue hallada en una masa de ceniza de color marrón resultante de la combustión de un trozo grande de carbón. Al remover las cenizas apareció la cuchara, que posiblemente pudiera ser una reliquia del mundo antediluviano.

Se podría sacar la misma conclusión de una viejísima muestra de algo que parece escritura, descrita en el American Journal of Science en 1831. Un bloque de mármol extraído de la tierra a una profundidad mínima de 18 m fue cortado en láminas. Uno de los cortes mostró una incisión de 4 por 1,5 cm: constaba de dos «letras» parecidas a la í y la u. La regularidad de las letras da la impresión de que se trata de dos caracteres grabados por mano humana y de alguna manera conservada a través de millones de años (durante los cuales se formó el mármol), mientras que todo rastro del edificio en que fueron grabadas, o de otros grabados adicionales, habría desaparecido.

Sin embargo el hallazgo más espectacular en este sentido es una calavera que se encuentra en la actualidad en el Museo de Historia Natural de Londres. Pertenece a un hombre de Neanderthal y fue hallado cerca de Broken Hill (Zambia) en 1921. En el lado izquierdo de la calavera hay un agujero redondo de bordes planos. La limpieza de la herida sugiere que fue causada por un proyectil de alta velocidad, como una bala. En el lado contrario a esta herida la calavera está destrozada como por acción del proyectil al salir del cráneo. Un experto forense berlinés dijo que el agujero era idéntico a las heridas de bala que tan a menudo encuentran hoy en día los hombres de su profesión. Sin embargo los restos fueron hallados a 18 m de profundidad. Era imposible que los procesos geológicos naturales la cubrieran a tal profundidad si la víctima hubiese muerto hace sólo unos siglos, cuando las armas de fuego llegaron por vez primera a África Central.

Este objeto enigmático no es único. La calavera de un uro (tipo de bisonte extinguido) que fue encontrada cerca del río Liena, en la URSS, presenta un agujero perfectamente redondo y pulido, parecido a una herida de bala. El uro vivió aún muchos años después de resultar herido. Estas calaveras sugieren la sorprendente posibilidad de que hace muchos milenios la agresividad humana tuviera a su disposición instrumentos más sofisticados que simples hachas de sílex.

Pero las técnicas de curación pudieron estar avanzadas en la misma proporción. Se sabe muy poco sobre la medicina prehistórica: todo lo que sabemos se reduce prácticamente a los testimonios de operaciones de cirugía en los huesos, y éstas evidencian que hace ya más de 4.000 años se llevaban a cabo operaciones cerebrales a corazón abierto.

Cerca del lago Sevan, en la Armenia Soviética, se han encontrado esqueletos de un pueblo llamado los jurits, al parecer del año 2000 a.C. En una de las calaveras de mujer se encontró un agujero de unos seis cm, consecuencia de una herida hecha en vida. Los cirujanos habían insertado un pequeño tapón de hueso de animal y la mujer sobrevivió. Su propio cráneo creció en parte alrededor del injerto.

Otra calavera jurit presentaba una herida más grande producida por un golpe. Los cirujanos cortaron una zona de la calavera alrededor de la herida para extraer las astillas del cerebro. Este paciente también sobrevivió. El profesor Andronik Jagharian, que estudió las calaveras, comentó: «Considerando la antigüedad de los instrumentos que tenían que utilizar los médicos, se puede afirmar que técnicamente eran superiores a los cirujanos actuales.»

También se encontraron muestras de cirugía craneal y en las costillas en unos esqueletos procedentes de Asia Central estudiados en la Universidad de Ashjabad. Había muestras evidentes de que el tratamiento quirúrgico se había realizado a corazón abierto.

René Noorbergen, que cita estos casos, cree que son una prueba de que esta gente estaba en contacto con civilizaciones más avanzadas técnicamente. Puede ser que aprendieran a efectuar estas operaciones quirúrgicas o que confiaran el trabajo a misioneros. Según él, las civilizaciones de las que proceden los esqueletos citados eran incapaces de desarrollar estas técnicas por sí mismas. Noorbergen continúa con la descripción de unas figuras de piedra y unos grabados hallados en los Andes y muy anteriores a los Incas. Algunos de los grabados representan a víctimas de alguna enfermedad, y tienen signos de viruela, cáncer y artritis. Pudiera tratarse de modelos de estudio, o quizá tuvieran un objetivo meramente ritual.

Aunque no existe en los anales de la arqueología una evidencia irrevocable de la existencia de antiguas super razas que pudieran haber sido la fuente de las técnicas quirúrgicas prehistóricas, el hecho no significa necesariamente su imposibilidad.

A menudo se ha dicho que las pruebas en forma de fósil en las cuales, confiadamente, se basa la teoría de que el hombre desciende del mono cabrían en una habitación grande. Unos pocos nuevos descubrimientos serían suficientes para derribar todo el edificio. En sus intentos de hacer precisamente esto, la Sociedad de Investigación sobre la Creación señala el ejemplo de unas pisadas fósiles que contradicen del todo la opinión ortodoxa

Se supone que los dinosaurios se extinguieron hace unos 70 millones de años. Sin embargo, en el lecho del río Paiuxy, en Texas, se encontraron huellas fósiles de dinosaurio junto a lo que parecen ser verdaderas huellas humanas, a pesar de su longitud (38 cm).

Tallar hachas de pedernal y cuchillos es un aspecto de la «técnica antigua» mucho más familiar para el estudiante académico. Sin embargo entre los miles de utensilios de sílex que se han encontrado desde que la arqueología se convirtió en disciplina científica figuran algunos objetos desconcertantes: los llamados «pedernales de pigmeo», hallados en Inglaterra, Sudáfrica, Australia y la India. Se trata de diminutos pedernales (unos seis mm) tallados en forma de taladros puntiagudos, raspadores y cuchillos, que denotan una gran habilidad artesanal.

El término «pedernal de pigmeo» es evocador, pero aunque esta raza africana es muy pequeña en comparación con la estatura media actual, no hay ninguna prueba de que los antiguos habitantes de Gran Bretaña tuviesen estatura de pigmeo, o de que fueran enanos o hadas. Por otro lado, ¿de qué utilidad podían ser estas minúsculas herramientas a alguien de estatura comparable a la nuestra?

viernes, 25 de diciembre de 2009

Sin título

 

Otra mirada

Pensamiento Mínimo

El tiempo es la medida del movimiento entre dos instantes.

Los Universos Paralelos

Universos Paralelos

Los Universos Paralelos conforman uno de los enigmas que más controversias han suscitado. Es un tema que ha sido tratado por la ciencia ficción y que ha impulsado a sabios, filósofos y hombres de ciencia a explayarse sobre las más diversas teorías e hipótesis al respecto; tanto en lo que concierne a la naturaleza de esos Universos, como también, en cuanto a su ubicación con respecto a nuestro Universo conocido.

La finalidad de esta nota no es la de explicar la naturaleza o la función de estos Universos, sino la de presentar una serie de sucesos, muchos conocidos, otros menos, en todos los cuales se deja entrever algo muy relacionado con todo lo que sea dimensiones y mundos paralelos.

Existen varios hechos referentes a desapariciones de personas, objetos, etc., sin dejar rastro alguno y en contraposición a esto, otros acerca de apariciones imprevistas, al parecer surgidas del tiempo, ya sea del pasado o del futuro.

En la ciudad de South Bend, en el estado de Indiana, EE.UU., ocurrió un hecho por demás insólito y sorprendente.

Transcurría la Nochebuena del año 1890; Tom Lerch, jefe de familia, se encontraba en su hogar rodeado de amistades y demás miembros de la misma, entre los cuales su hijo Oliver, de 20 años de edad; quien más tarde partiría en un viaje, tal vez, sin regreso. Eran aproximadamente las diez de la noche y su madre estaba haciendo los arreglos para la cena, cuando pidió a Oliver que fuera hasta el pozo en busca de agua; éste se puso su abrigo y salió de la casa. No había transcurrido mucho tiempo cuando de pronto las personas allí reunidas escucharon un grito aterrador, en el que pudieron reconocer la voz angustiada de Oliver pidiendo ayuda, gritando reiteradamente: “Auxilio, me han agarrado”.

“Auxilio, socorro”, su voz venía ahora desde el cielo, pero en él no se veía absolutamente nada, a pesar de la iluminación de la luna. La posterior búsqueda no condujo a nada que pudiera evidenciar lo ocurrido, sólo se tenía como prueba las pisadas de Oliver en dirección al pozo, pero en determinado lugar abruptamente desaparecían.

Sobre este caso se han presentado varias hipótesis, dos de las cuales son las más comúnmente enunciadas: se trataría de un posible rapto por parte de una nave extraterrestre, o bien el paso a una dimensión desconocida.

Un caso publicado en el diario “La Razón” del 21 de mayo de 1974; dice textualmente lo siguiente: “Bogotá (AFP). Un autobús con 67 estudiantes y profesores excursionistas ecuatorianos se encuentra perdido desde el domingo en territorio colombiano, se supo aquí. El vehículo había salido de Tulcan (Ecuador) hacia Pasto e Ipiales (Colombia) en la frontera de los dos países, encabezados por el profesor Ricardo Espinosa. Patrullas de la defensa civil iniciaron la búsqueda de los excursionistas con quienes se perdió todo contacto desde la iniciación de su viaje”.

Esta información apareció después de dos días de notificada la desaparición de este numeroso grupo; no se informó nada más al respecto. Hace más de dos siglos, exactamente en el año 1707, el archiduque Carlos se preparaba para invadir España. Un numeroso contingente constituido por unos cuatro mil soldados, había acampado en un llano cercano a los Pirineos; su misión era la de seguir al otro día su marcha rumbo a estas montañas. Tal cual lo planeado, al día siguiente levantaron campamento y emprendieron la marcha. A poco de su partida y en absoluta claridad “sencillamente” desaparecieron, sin quedar nada en el lugar, tal como si hubieran atravesado el umbral de lo invisible e imperceptible, ¿quizás una puerta dimensional?

Otro hecho publicado en diarios del país, en el mes de noviembre de 1965, dice lo siguiente: "“l Douglas DC-4, T-48 de la Fuerza Aérea Argentina cayó en el mar Caribe, luego de haber partido de Panamá, desapareciendo sus 69 tripulantes: oficiales y cadetes de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba”.

Se realizó una extensa y prolongada búsqueda en zonas de Costa Rica, sin dejar ningún saldo positivo; solamente se sabía que el avión con todos sus tripulantes había desaparecido; no se encontró nada que pudiera evidenciar un posible accidente.

En el libro “The World of Psychic Phenomena”, o sea, El Mundo de los Fenómenos Psíquicos, de F. Edsall, aparece un caso que es por demás elocuente; se trata de la aparición y materialización de un grupo de soldados en dura contienda.

Esto tuvo lugar en Keiton, Inglaterra, fue días antes de Navidad, cuando poco después de medianoche, campesinos de la zona despertaron ante el ruido que parecían producir armas de fuego y murmullos de lucha; salieron de sus casas y asombrados pudieron observar nada menos que la materialización de soldados enredados en una violenta batalla. Según sus banderas e indumentaria se los identificó como las tropas del Parlamento y las del Ejército Real de Carlos I.

Después de dos horas de encarnizada lucha las tropas del Parlamento vencieron totalmente al Ejército Real; en medio del triunfo y el júbilo de los vencedores todo se desvaneció, quedando el lugar como si nada hubiera sucedido, la calma en la aldea de Keiton había renacido.

Lo mismo ocurrió en dos oportunidades más, los dos días siguientes.

Lo asombroso de este suceso radica en el hecho de que estos campesinos y aldeanos presenciaron algo que aún no había ocurrido para ellos; se trataba de la batalla de Colina Edge, librada en esa misma aldea, pero, paradójicamente después de haber sido vista por estas personas el día 23 de octubre de 1642.

Eliminando la posibilidad de una probable alucinación o psicosis colectiva, ya que ésta, evidentemente, en las condiciones en que se desarrolló el acontecimiento es un tanto difícil de producirse, se podría decir que esta aparición surgió en realidad del tiempo, de un Universo Paralelo o de una dimensión que, como tantas cosas, por el momento desconocemos.

Un relato publicado en el Sunday Express de Londres, el 21 de setiembre de 1924, comenta lo siguiente: “El día 24 de julio de 1924, mientras continuaban las hostilidades entre árabes e ingleses, el Cuartel General inglés envió al piloto oficial D. Stewart y al teniente William Day en misión especial sobre el desierto de Mesopotamia; la finalidad del vuelo era la de efectuar un reconocimiento de la zona, sin intervenir en modo alguno en la batalla. Después de varias horas de espera, el Mando General comenzó a temer en un posible accidente, dado que el avión no regresaba. Luego de unas cuantas horas más, que creyeron prudente esperar, se ordenó la búsqueda. Rastreando la región se pudo dar finalmente con el avión, el cual se encontraba en perfectas condiciones; nada hacía indicar un posible atentado, lo extraño era que los dos tripulantes no se hallaban en el lugar. Poco después se descubrieron pisadas que correspondían a ambos pilotos, se siguieron, y a una distancia aproximada de cincuenta metros, abruptamente desaparecían, no existiendo en las inmediaciones rastro alguno.

Un caso verdaderamente desconcertante. ¿Podría tratarse de pasaje a otra dimensión, un Mundo Paralelo o quizás teleportación?

Un hecho similar al ocurrido en 1707 es el que protagonizaron infantes japoneses, durante la Segunda Guerra Mundial. Esto ocurrió en una isla del Pacífico, mientras una compañía de infantes de Marina estaba ejercitándose; en uno de sus movimientos la compañía completa “desapareció” ante la mirada ingenua de otros cientos de soldados que observaban las maniobras; fue en un abrir y cerrar de ojos, “estaban, al instante ya no estaban más”.

Parece suceder, y en todos los casos se entrevé algo de esto, que en ciertas ocasiones, misteriosas puertas se abren para “tragar” algo de nuestro mundo o bien, de nuestro Universo. Evidentemente existen ciertas condiciones que se tienen que dar para efectivizar el pasaje de algo o alguien de este mundo a otro “paralelo” y recíprocamente.

Otro misterio muy conocido y comentado es el de la isla de San Brandán. Esta isla ha venido apareciendo y desapareciendo por siglos, pudiéndose ver en cada oportunidad escasos minutos. Ya en la Edad Media se sabía de esta isla; en ocasiones se llegó al extremo de organizar expediciones para ir en su conquista.

Una de las últimas apariciones se registró el 26 de abril de 1967; fue vista por miles de personas habitantes de Hierro, una de las islas del archipiélago de las Canarias. Se dice que, quizás, la isla de San Brandán escaparía de un Mundo Paralelo, para aparecer en el nuestro y finalmente regresar al de su origen.

Para terminar, una breve síntesis de algunas teorías que se tienen sobre el particular:

Algunos estudiosos e investigadores opinan que los Universos Paralelos serían solamente dos; hay quienes dicen que uno sería positivo, entonces se tendría una de las leyes básicas de la Física, uno contrarrestaría o compensaría la acción del otro, encontrándose el conjunto en perfecto equilibrio y armonía.

Otros sostienen algo similar: afirman que nuestro Universo, que está constituido por materia, tendría su parangón en otro, pero formado por antimateria. Sobre esto hay mucho estudiado, baste recordar que ya se han logrado, en laboratorio, gran número de antipartículas.

Y tenemos a personas que piensan e intuyen que no serían únicamente dos Universos Paralelos, sino un número ilimitado de ellos, que constituirían, tal vez, especies de ecos de uno real, que estuviera proyectándose hacia el pasado y hacia el futuro; en este caso no existirían en el pasado, el presente y el futuro, tal cual nuestra concepción, puesto que, por ejemplo, lo que está ocurriendo ahora ya habría ocurrido y estaría por ocurrir. Pasado, Presente y Futuro se fundirían en Uno, el Eterno Presente.

Llegado a este punto sería útil recordar y meditar sobre las palabras tan sabias de Fedor Dostoievski:

“La realidad es infinitamente diversa, escapa a las deducciones ingeniosas del pensamiento abstracto, no soporta la clasificación estrecha y exacta, la realidad tiende al fraccionamiento perpetuo, a la variedad infinita”.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Sin título

 

Sin palabras

Pensamiento Mínimo

El enemigo sólo empieza a ser temible cuando empieza a tener razón.

Elementos Gnósticos en la Civilización Inca

El V.M. Samael Aun Weor, pionero de la Antropología Gnóstica se refiere a la existencia de elementos gnósticos en las diferentes culturas de América Precolombina o Indo-América.

La civilización Inca tiene un valioso pasado esotérico. Su origen se explica en forma de leyendas y mitos al igual que otras civilizaciones, confirmado su tradi­ción esotérica.

Existe la llamada Capac Cuna o lista de los Reyes Incas, la cual menciona únicamente a 13 Incas. Sin embargo la auténtica relación de incas se ha perdido en la leyenda, no se ha podido fijar la época en que reinaron los primeros Incas, llamados Incas legendarios, especialmente en lo referente al primer inca llamado Man­co Cápac.

Conocemos de los Incas por la tradición oral, recogida por los cronistas, debido a que la escritura que en algún tiempo muy remoto existió estaba prohibida en la nación Inca (El Tahuantinsuyo o país de los cuatro suyos o partes del Universo).

Las leyendas que nos hablan del origen de la civilización Inca nos remontan a los tiempos del diluvio universal y a la edad de Oro que se inició después de aquel gran cataclismo, recordado por todas las tradiciones de la Tierra.

EL HUNO PACHACUTI O GRAN DILUVIO

De las tradiciones del lago Titicaca encontramos que habiendo sido creado el mundo y el hombre por Viracocha o Huiracocha y habiendo pecado el hombre acaeció el gran diluvio, el huno Pachacuti o agua que trastornó la tierra. Algunos hombres fueron convertidos en piedra, otros en otras formas, otros fueron tragados por el mar o por la tierra, y llovió 60 días y 60 noches, anegándose todo; y sólo quedaron algunas señales de los que se convirtieron en piedras.

Aquí encontramos una alusión alegórica a aquellos que se convierten en piedra, anunciándonos a una civilización cimentada sobre la piedra, la sexualidad trascendente según el V.M. Samael Aun Weor, que permite crear al hombre auténtico.

Después del Gran Diluvio apareció el Dios Huiracocha en Tiahuanaco y, viendo la tierra desierta, creó a los hombres y les dio cuatro jefes, distribuyéndoles el mundo. A Colla Cápac le entregó el Mediodía, a Tocay Cápac el Levante, a Pinahua el Poniente, y a Manco Cápac el Septentrión o norte.

LEYENDAS DEL NACIMIENTO DE LA CIVILIZACIÓN INCA O TAHUANTINSUYO

LEYENDA DE LOS HERMANOS AYAR

Fue después del diluvio, en Pacaritambo o tambo del amanecer, que aparecieron los hermanos Ayar. Salieron del cerro Tampu Tocco, de una oquedad o ventana llamada Cápac Tocco o ventana de los reyes. Hubieron otras dos ventanas: de la ventana Sutic Tocco salieron los Tampus, y de la ventana Maras Tocco los Maras.

Los cuatro hermanos eran Ayar Manco (Manco Cápac), Ayar Cachi, Ayar Uchu y Ayar Auca con sus respectivas esposas Mama Ocllo, Mama Cora, Mama Rahua y Mama Huaco. Llevaban los hermanos alabardas de oro, hondas de nervios, y ropas finas recamadas de oro.

Estando la tierra arruinada y los campos empobrecidos por el diluvio, decidieron los cuatro hermanos salir en busca de tierras fértiles. Descendieron del cerro y juntaron diez parcialidades o ayllus: Chavín, Araicaca, Tarpunytay, Guacaitaqui, Sañoc, Sutic, Maras, Cuicusa, Masca y Uru.

Con esta gente salieron a cumplir con su designio. La marcha fue en forma procesional. Llevaban al pájaro Inti, animal que simbolizaba al Sol, que sabía hablar y daba consejos (el Espíritu). También llevaban el Napa sagrado, auquénido de color blanco adornado con gualdrapa colorada y orejeras de oro. Como objetos de culto tenían los topacusi, vasos de oro (la copa sagrada, el santo grial, el yoni femenino), y ciertas semillas (la simiente sagrada). Precedía la marcha el suntuoso Sunturpaucar, un gran adorno de plumas colocado en la parte alta de un palo.

El primer tramo del camino fue sin contratiempos. Luego Ayar Cachi marchaba derribando montes con piedras que lanzaba con su onda (destreza en el trabajo con la piedra, la sexualidad trascendente). Dice la leyenda que envidiosos los hermanos lo hicieron volver con engaños a su lugar de origen: la ventana de Cápac Tocco, diciéndole que se habían perdido en Napa, los vasos y las semillas, y que fuera a buscarlos. Al llegar a la caverna de Cápac Tocco un criado, Tambochacay, la selló con una gran peña, matando a Ayar Cachi quien por tal motivo procedió a convertir al criado en piedra. Regresar al origen y morir es algo que nos invita a reflexionar en los misterios de la muerte del yo y la resurrección esotérica.

Los hermanos restantes siguieron su camino. Llegados a Huanacauri encontraron al ídolo de este nombre en forma de ave pétrea. Ayar Uchu osó posarse en las espaldas del ave quedando convertido en piedra y formando parte de la escultura. Ayar Uchu convertido en piedra les anunció que serían grandes señores y les rogó que, en su memoria, celebraran el Huarachico o ceremonia de iniciación de los jóvenes.

Llegando a Matagua celebraron por primera vez la ceremonia del Huarachico, armando caballero a Sinchi Roca, hijo de Ayar Manco y Mama Ocllo.

Llegaron a un paraje denominado Huanaypata, en el actual valle del Cuzco donde la vara que llevaba Ayar Manco (Manco Cápac) se hundió en la tierra roja y blanda, resultando difícil arrancarla. Por tal hecho decidieron quedarse allí. El color rojo de la tierra nos recuerda al cuarto color de la alquimia, etapa culminante de la Gran Obra, a la tierra roja de los antepasados de Quetzalcoatl adonde este Sagrado señor se dirige para adquirir sabiduría. La vara de oro, el cetro de los reyes, es la columna espinal recorrida por la ascendente serpiente de fuego que nos transforma radicalmente en el auténtico hombre.

Contemplando el valle del Cuzco Ayar Manco le señaló a Ayar Auca un conjunto de piedras cerca de lo que después fue el Inticancha (el primer Templo del Sol) y Ayar Auca, a quien le habían salido alas, voló a ese lugar a tomar posesión de él. Más llegado al sitio quedó convertido en piedra.

Manco procedió luego a fundar la ciudad del Cuzco, la capital sagrada del Tahuantinsuyo en nombre de Huiracocha y del Sol. Posteriormente la nueva ciudad del Cuzco sería construida adoptando la forma de un puma en sus contornos.

Es indudable que con la fundación del Cuzco se establecía en la zona una dinastía Solar con innegables atributos Iniciáticos.

Es pues la Ciudad sagrada del Cuzco una ciudad cimentada sobre la piedra (la piedra filosofal) y resultado de un proceso en el cual los personajes se transforman en piedras, cristalizan la Gran Obra.

El significado de la palabra Cuzco es centro u ombligo del Universo, también se ha dicho que significa amontonamiento de piedras.

LA LEYENDA DE MANCO CÁPAC Y MAMA OCLLO

Esta leyenda recoge parte de las tradiciones del lago Titicaca y de la leyenda de los hermanos Ayar. Dice que en tiempos muy antiguos el Sol creó una pareja: el varón era Manco Cápac y la mujer Mama Ocllo. Los puso en el lago Titicaca y les dio un cetro o bastón de oro. Luego les dio la misión de ir por el mundo civilizando a la gente; y les encargó que fueran hundiendo la vara en todos los lugares que conociesen, y que en el terreno donde ésta se hundiese fundaran un reino. Los nombró señores de la Tierra y les dio título de reyes, reconociéndolos hijos suyos y encomendándoles la implantación de la religión solar. Luego de esto la pareja se alejó del lago sagrado camino del Septentrión.

En su recorrido pasaron por Pacaritambo, llegando posteriormente al cerro de Huanacauri donde el cetro fue tragado por la tierra, procediendo entonces a cumplir con el mandato del Sol.

En esta leyenda encontramos más atributos esotéricos para el Inca Manco Cápac. El sale de las aguas y se convierte también en nacido o "salvado" de las aguas como Moisés o Aquiles, de las aguas creadoras que cada hombre lleva en su interior (el ensseminis, la materia prima de la Gran Obra).

LOS ELEMENTOS GNÓSTICOS

Tratando acerca de la relación de la Atlántida con las culturas de indo-Améri­ca, que proceden de aquella, el V.M. Samael Aun Weor apela a la Filología para explicar similitudes lingüísticas con la civilización oriental. Así nos dice que "Viracocha" peruano es el mismo "Viraj", varón divino, "Kabir", o "Logos" de los hindúes.

Sobre la palabra "Inca", título de Manco Cápac y la clase gobernante del Tahuantinsuyo, dice que al leerse con las sílabas invertidas la palabra "Cain" (Sacerdote - Rey), el Inca era "el hijo del Sol". La esposa del Inca era la Coya, palabra que puede leerse como laco. El Inca tenía como distintivo la mascapaicha o borla de color rojo (el cuarto color de la alquimia, la culminación de la Gran Obra), mientras que el príncipe o futuro gobernante usaba una mascapaicha de color amarillo (el tercer color de la alquimia).

Nos habla también acerca de las infinitas conexiones intrínsecas que la Doctrina y hechos de los primeros Incas guardan con toda la Iniciación oriental.

Manco Cápac es el Superhombre, cuya presencia tuvo el evidente propósito de ayudar a la humanidad.

LA TRINIDAD Y EL FUNDAMENTO

El Dios de los incas fue el Sol. El Sol era Trino: el Sol Padre (Apu Inti), el Sol Hijo (Churi Inti) y el Sol hermano (Inti Guauqui).

Pero el origen de todo, el fundamento, superior al Sol, era Pachacámac (Illa Ticsi Huiracocha Pachacámac), el Dios ignorado, el ordenador del mundo. La tradición recuerda cierta asamblea sagrada en la que concluyeron que teniendo el Sol, que seguir su ruta diariamente debía haber algo que lo mandara (Illa Ticsi Huiracocha Pachacámac. Illa: el rayo, Ticsi: fundamento).

Al Sol le hicieron Templos, pero a Pachacámac, como era un Dios invisible, lo veneraban en silencio, en el corazón.

Existió una ciudad sagrada donde se rendía culto al dios Pachacámac de los Incas, siendo éste representado en un madero tallado, como un dios doble, varón-mujer: un personaje "siamés" en el que aparecen los cuerpos femenino y masculino unidos por la espalda, y con los rostros mirando en direcciones opuestas, al estilo del Dios Jano. En la parte inferior del madero aparecen talladas diferentes representaciones mitológicas: serpientes, cruces, felinos. Esta ciudad conocida como Pachacámac desde su anexión al Tahuantinsuyo (el país o mundo Incaico) tenía por nombre original Ichimay lo que significa color rojo. Aquí encontramos nuevamente la denominación de tierra roja (el cuarto color de la alquimia) para una ciudad sagrada. Allí, en el templo de Pachacámac, existió tal vez el oráculo más famoso de América Precolombina.

LOS TRES MUNDOS

Al igual que en otras religiones los Incas concebían la existencia de 3 mundos: el Hanan Pacha era la morada de los Dioses, el cielo. Este mundo, era el Hurin Pacha, y el mundo inferior se denominó Ucu Pacha, la morada de los hombres, animales y plantas por nacer.

LAS SERPIENTES MITOLÓGICAS

Encontramos dos serpientes en la mitología Inca, estas, reptando, pasaban por los tres mundos superpuestos: la serpiente yacumama al pasar por el Hurin Pacha se transformaba en un caudaloso río, y al pasar al Hanan Pacha se convertía en el Rayo, era la diosa del agua y del fuego, el fuego sagrado serpentino proveniente de las aguas de vida (el ensseminis), el Kundalini oriental.

La otra serpiente, denominada Sachamama, tenía dos cabezas, caminaba verticalmente con gran lentitud y tenía la apariencia de un árbol añoso, y al llegar al Hanan Pacha se transformó en el Arco Iris; nos recuerda a la serpiente antigua, la serpiente tentadora del Edén y al titán de los antiguos tiempos (lucifer) que cayó con la serpiente descendente, pero al ascender ésta nuevamente a los cielos vuelve a ser la luz (el arco iris).

EL PAÍS DE LOS MUERTOS

El peregrinar de los difuntos se ajustaba a un itinerario purificador (la muerte del yo) por sitios peligrosos y oscuros, hasta llegar al Upa-Marca o país de los muertos, "tierra de los que no hablan ni oyen", a la que se ingresa por un puente tan delgado como un cabello humano (el difícil sendero, el camino secreto), con la sola guía de un perro negro (el instinto sexual). Es el Upa-Marca una tierra de quietud, de paz total.

CONSIDERACIONES FINALES

La civilización Inca, proveniente de la Atlántida al igual que otras culturas o tribus de indo-América poseyó muchos enigmas aún no descifrados. Sus grandes construcciones en piedra en los palacios reales, fortalezas y templos fueron realizadas con una tecnología desconocida en la actualidad y sobre la cual sólo existen especulaciones. Piedras de formas caprichosas unidas entre sí en forma perfecta y sin ninguna amalgama de por medio, y con finos acabados. Muros similares fueron encontrados en las costas de Bimini, en el fondo del mar, confirmando la tesis del origen Atlante de los Incas y de su tecnología de construcción.

En los palacios, templos y fortalezas de piedra del Cuzco, del Valle Sagrado de los Incas y Macchupicchu nosotros podemos admirar no sólo unas joyas arquitectónicas sino variados símbolos propios de su religión y mitos.

Poseyeron asimismo una gran organización social, económica y política solucionando los problemas del hambre y con una delincuencia prácticamente inexistente por su elevada moral cimentada en tres leyes: no seas mentiroso, no seas ladrón, no seas perezoso.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sin título

 

Cazadora

Pensamiento Mínimo

El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones económicas.

La Leyenda de El Dorado

El Dorado

Conquistadores, exploradores y aventureros buscaron incansablemente El Dorado por toda Sudamérica. En su afán por llegar a esa fabulosa ciudad pletórica de oro y plata realizaron esfuerzos tan colosales como vanos. Algunos descubrieron recovecos insospechados de una geografía formidable y bebieron un sorbo de gloria, a pesar del fracaso en sus expectativas. Otros no hallaron más que penurias, muerte y olvido. Si bien su emplazamiento no correspondía exactamente al territorio de la Argentina, su leyenda estuvo ampliamente difundida en estas tierras, y no faltaron quienes la buscaron infructuosamente en el norte. Buscaron riquezas y estaban llenos de ilusiones por el mundo nuevo que estaban por descubrir.

El sortilegio del oro y la presunción de que era fácil obtenerlo encandilaban a quienes oían las noticias que cruzaban del Nuevo al Viejo Mundo. Muchas se referían a hechos reales, como el saqueo de los dos mayores imperios de la América precolombina: el azteca y el inca. Para muchos, la verdadera emoción fue al conocerse el episodio en que el conquistador del Perú, Francisco Pizarro, exigió para liberar al rebelde Atahualpa su propia altura en oro dentro de un recinto de seis metros de ancho por ocho de largo. Realmente fueron muy ambiciosos los comentarios que hablaban del oro. Pero desde antes circulaban alusiones a inmensas riquezas que se ocultaban en sitios extraordinarios esparcidos por doquier, se tejieron leyendas e historias que hablaban del fabuloso oro. ¿Eran espejismos, memorias de esplendores extinguidos, eran historias inventadas? Hasta el día de hoy todavía son una incógnita.

Entre esas historias maravillosas entre la tradición y la fantasía, brillaba con singular fulgor la de un cacique tan rico que todos los días revestía su cuerpo con oro y después se bañaba en un lago para quitárselo, no sabía qué hacer con tanto oro... En realidad el relato correspondía a la ceremonia de entronización de los jefes entre los indios chibchas, en el norte de Colombia. Para que cada nuevo cacique se consagrara al Sol lo desnudaban, untaban su cuerpo con resina o barro y lo espolvoreaban de pies a cabeza con un fino polvillo de oro. Así engalanado, subía a una balsa cargada de ofrendas preciosas que en el centro del lago Guatavita se arrojaban a las aguas, donde además se lavaba el cacique para entregar a los dioses el oro que lo cubría. El cacique era reverenciado como el Dios máximo para los aborígenes de la región.

Ese ritual había desaparecido antes de la llegada de los españoles y, transformado en leyenda, pasaba oralmente de generación en generación. Sin embargo, los conquistadores se negaron a admitir que semejante prodigalidad fuera cosa del pasado. La codicia confirió a la saga proporciones fabulosas, y desde 1530 se organizaron expediciones para buscar la ciudad del cacique dorado.

A pesar de los años transcurridos, los españoles pensaban que estas ceremonias todavía se hacían en la América que estaban conquistando, por eso buscaban con mucha ambición el oro.

El nombre de El Dorado se atribuye a Sebastián Belalcázar, conquistador de Nicaragua y fundador de Quito, Guayaquil (en Ecuador), Popayán y Cali (en Colombia). Cambió su apellido, Moyano, para adoptar como tal el nombre de la villa de Extremadura donde había nacido. Lúcido y sagaz (a pesar de que nunca aprendió a leer), a los doce años vino a probar fortuna en América, donde acumuló considerable prestigio.

Fascinado por las narraciones marchó hasta la meseta de Cundinamarca (Colombia), donde en 1539 se encontró (en lo que parece ser un caso único en la historia) con otras dos expediciones: los hombres de Belalcázar, los de Gonzalo Jiménez de Quesada (fundador de Santa Fe de Bogotá) y los del alemán Nicolás de Federmann habían ido a parar al mismo sitio sin saber nada los unos de los otros. Cuentan que los primeros iban ataviados con finos trajes de Castilla, los segundos lucían ropajes indígenas y los terceros se cubrían con pieles de animales: todos se llevaron una sorpresa mayúscula.

En 1541, Gonzalo Pizarro, con cinco mil hombres, cuatro mil llamas, dos mil cerdos, novecientos perros y doscientos cincuenta caballos, partió desde Quito en pos de canela y oro. Desoyendo a quienes consideraban temeraria su decisión, Francisco de Orellana le dio alcance. Los agoreros tenían razón: después de tropezar con unos pocos canelos inexplotables, ambos obcecados debieron acordar que Orellana se adelantase con los cincuenta y siete hombres que estaban en condiciones menos deplorables (más de la mitad había muerto y los demás, famélicos y debilitados, no podían continuar). El curso del río Napo llevó a Orellana, no hasta la ansiada ayuda, sino hasta una corriente de agua tan grande que lo paralizó de estupor: había descubierto el río más caudaloso del planeta, y lo bautizó río de las Amazonas. La majestuosidad del río lo impactó y se quedó un tiempo con sus hombres en esa región.

En 1560 se incorporó a la lista de ambiciosos el sanguinario Lope de Aguirre. Integraba las filas del capitán Pedro de Ursúa, pero no vaciló en asesinarle para asumir el mando y proclamarse rey de la Amazonia. Era un hombre de pocos escrúpulos y sin límites en su conducta. Descubrió el Casiquiare (al sur de Venezuela) y se supone que navegó por el Orinoco en toda su extensión antes de que sus compañeros juntaran coraje para matarlo, había sido tan sanguinario, que así terminó sus días. (El director alemán Wemer Herzog dio su propia versión de la aventura en su película Aguirre, la ira de Dios, protagonizad por Klaus Kinski.)

Mientras tanto, los intentos de encontrar oro en el fondo del Guatavita proseguían. Antonio de Sepúlveda se propuso secar el lago en 1580 e hizo perforar una de sus paredes de roca, hasta que un derrumbe sepultó a sus esclavos indios junto con sus ilusiones de grandeza.

Por otra parte, se decía que también en la Guayana reinaba un cacique dorado. El lago donde supuestamente se bañaba era tan enorme como inexistente... a pesar de que durante dos centurias figuró en los mapas. A sus orillas, decían, estaba la ciudad de Manoa, donde hasta las marmitas eran de oro. Atraído por estas noticias, en 1595 incursionó por la región Walter Raleigh, favorito de la reina Isabel I de Inglaterra. El fracaso de su misión y el feroz enfrentamiento ocasionado por la intervención inglesa en dominios españoles desembocaron en su ejecución, en 1618. Fue una muy mala experiencia, el haber ocupado los ingleses tierras conquistadas por los españoles. Por otro lado Raleigh no encontró nada de lo que se había propuesto.

La búsqueda de El Dorado no terminó con la conquista. En este siglo aparecieron más aventureros que trataron de llegar a las tierras donde el reflejo del oro opacaba la luz del sol. El último fue el inglés Percy Fawcett; acompañado por su hijo, recorrió el Mato Grosso hasta que, en vez de fortuna, encontró la muerte.

La leyenda del dorado continuó por mucho tiempo, y a muchos hombres de distintas generaciones, lo atrajo la idea de encontrar el metal maravilloso en grandes cantidades.

Antes, desde 1921, el piloto estadounidense James Ángel buscó oro en las tierras altas de la Guayana venezolana y aseguró haber visto la ciudad de El Dorado en uno de sus vuelos. En 1935 descubrió la cascada más alta del mundo El salto Ángel, de mil metros de altura.

Se tejieron muchas leyendas y se imaginaron de muchas formas la ciudad de El Dorado.

Hoy son historiadores, arqueólogos y antropólogos quienes tientan suerte. Se empeñan en hallar en esa leyenda significados que contribuyan a la comprensión del mundo indígena. Tratan de encontrar mensajes ocultos envueltos en la Leyenda.

Cacique en la balsa Una exquisita pieza de oro, que reproduce la escena del cacique en la balsa, es considerada por muchos estudiosos prueba irrefutable de la existencia de El Dorado. Algunos sostienen que la leyenda encierra dos ideas simbólicas: un inmenso tesoro oculto (el conocimiento) y la fuente de la eterna juventud (la trascendencia). Se unen dos conceptos fundamentales de la vida de los indígenas, por un lado el conocimiento y por otro lado la trascendencia, que era un valor tan importante para ellos.

El oro, que para los europeos poseía un atractivo exclusivamente material, pudo haber tenido un profundo sentido espiritual para los indígenas americanos. Se identificaba con el Sol y su resplandor, tenía carácter de sacrificio y ofrenda, era imagen de fecundidad, vitalidad y poder, también de fuerza y entereza. La plata representaba su opuesto complementario, la Luna.

En la década del 60, el Instituto Nacional de Cultura del Perú organizó una expedición para localizar El Dorado en la floresta del río Urubamba, de acuerdo con referencias obtenidas de crónicas como las de Felipe Huamán Poma de Ayala, que datan del 1600. Ante la falta de contacto con el grupo que se había internado en la selva se inició un rastreo infructuoso. Cuando ya no quedaban esperanzas, a un año de la partida, cerca de Cuzco apareció desfalleciente Núñez de Arco, el arqueólogo que la encabezaba. Después de una larga convalecencia, el investigador sorprendió a todos diciendo que no recordaba nada de lo que había pasado, ni de los compañeros que lo habían acompañado.

Estas tierras australes de la América del Sur también fueron escenario de búsquedas impulsadas por la ambición. Se suponía que en algún lugar del actual territorio argentino se escondía la Ciudad de los Césares.

Una crónica afirmaba que en ella el clima era tan sano que la gente era casi inmortal. Otra aludía a la magnificencia de sus templos, su mobiliario de oro, sus enseres de plata. Un viajero describió un cerro de plata y otro de oro en las cercanías de la urbe. También se dijo que estaba junto a una laguna donde abundaban las perlas, también habitaban los más maravillosos pájaros y plantas silvestres.

A principios del siglo dieciséis se la ubicaba en algún punto entre Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero. Testimonios posteriores fueron corriéndola cada vez más hacia el sur, junto a los ríos Colorado o Negro. Algunos la situaban en el centro de la Patagonia o en el lago Nahuel Huapi e, incluso, cerca del estrecho de Magallanes. También cuando descubrieron las maravillas de Santa Cruz, la ubicaron allí.

El hechizo de la Ciudad de los Césares perduró hasta este siglo, cuando expediciones arqueológicas trataron de encontrar sus ruinas en una amplia región desde La Pampa hasta Santa Cruz. Todavía hay arqueólogos e historiadores que buscan la Ciudad de los Césares.

martes, 22 de diciembre de 2009

Sin título

 

Buho

Pensamiento Mínimo

Si el dinero pudiera hablar me diría Adiós.

Pequeña aproximación a los Illuminati

 

lechuza

La Orden de los Perfectibilistas, más conocida como Orden Illuminati es un grupo esotérico que ha sido relacionado con multitud de conspiraciones a lo largo del siglo pasado. Multitud de sociedades secretas en todo occidente se nominan a sí mismas como herederas de los illuminati originales.

Los orígenes radican en los Iluminados de Baviera, sociedad fundada el 1 de mayo de 1776 por Adam Weishaupt. Weishaupt, conocido en los círculos ocultistas como Spartacus. Weishaupt nació en Ingolstadt el 6 de febrero de 1748. Creció en una familia acomodada oriunda de Westfalia y de origen judío. Estudió en una escuela jesuita y después se matriculó en la Facultad de Derecho de Ingostadt, donde en poco tiempo llegó a ser decano. Por aquella época empezó a coquetear con la masonería, de la que quedó desencantado buscando su propia orden secreta, lo que le llevó a fundar los Iluminados de Baviera según lo que había aprendido en su breve periplo masónico y lo que aprendió en su etapa con los jesuitas.

Los Iluminados de Baviera buscaban el perfeccionamiento moral del ser humano según una serie de premisas:

“Extender los principios de humanidad y sociabilidad, impedir la realización en el mundo de malos designios, acudir en socorro de la virtud oprimida por la injusticia, procurar que las personas meritorias alcancen los puestos que le son debidos y poner a disposición de sus miembros los medios para llegar al conocimiento y a las ciencias”.

Todo esto se conseguiría bajo la propagación de una nueva religión de carácter universalista que interferiría en el campo político promoviendo la creación de democracias liberales parlamentarias, acabando con las tradicionales monarquías. Esto, según los illuminati, permitiría que la razón se impusiese.

El perfeccionamiento moral del ser humano consistía en permitir que el hombre llegara a un estado de madurez en el que los hombres dejarían de ser tutelados por la Iglesia y el Estado. Para lograrlo, los hombres deberían unificarse en las escuelas secretas de sabiduría, de inspiración masónica, que propagarían los ideales de libertad e igualdad a través de la “iluminación”

Al parecer, Weishaupt sacó gran parte de estas ideas de sus estudios con los jesuitas, llegando a revelar un mensaje esotérico de Jesús en este sentido de la fraternidad a través las escuelas de sabiduría. Según él, los aptos en la Orden estarían “iluminados” por Cristo, y a ellos es a quienes se les revelaría los verdaderos principios y objetivos de la Orden.

El reclutamiento de Illuminati se hacía entre aquellos estudiantes que tenían unas cualidades que les hacían, en cierto modo, aptos. Estas cualidades eran mostrar una ideología revolucionaria y unas muestras de inteligencia que hiciesen sobresalir al aspirante por encima de los demás.

Debido a los pocos miembros que consiguió reclutar, pidió ayuda a uno de sus simpatizantes, el Barón de Knigge. Adolf von Knigge, conocido en los ámbitos ocultistas como Philo, escribió para ello el libro “El rito de los Iluminados de Baviera”, convirtiéndose en una especie de catecismo para los Illuminati. A pesar de esto, Knigge se enfrentó en muchas ocasiones a Weishaupt, lo que terminó por romper la orden.

El 22 de junio de 1784, las autoridades políticas y religiosas de Baviera, dieron orden de perseguir a los miembros de la masonería y los Illuminati. Weishaupt murió el 18 de noviembre 1830, después de acercarse a la fe católica.

Los illuminati estuvieron implicados como hostigadores de la Revolución Francesa y también en un supuesto complot para acabar con la dinastía de los Habsburgo. El conde de Mirabeau introdujo la Orden en Francia varios, revolucionarios se cree que fueron miembros de los Illuminati. También se dice que de la Orden llegó a participar en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, influyendo a personajes de la talla de Goethe, Herder o Roosvelt.

A pesar de todo todas estas relaciones forman parte de la teoría de la conspiración y son difíciles de demostrar, aunque están ahí. Lo que es cierto, aunque no hayan influenciado directamente en la Revolución de 1789 o en la creación de los Estados Unidos, es que sí influenciaron en el pensamiento masónico del siglo XIX y, por lo tanto, en el pensamiento liberal en general.

viernes, 18 de diciembre de 2009

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¿Hada?

Pensamiento Mínimo

No sólo es más fácil que entre un pobre en el cielo, sino que también tiene muchas más posibilidades de hacerlo antes.

Lluvias extrañas

Charles Fort, durante años se dedicó obstinadamente a reunir miles de datos donde cuenta de extrañas lluvias caídas en distintos sitios del planeta. Consiguió reunir más de 60 mil notas - todas extraídas de revistas y diarios muy renombrados - que daban cuenta de esas raras lluvias.

 Lluvia de peces En el archivo de Fort hay comprobadas lluvias de peces sobre Londres y otras ciudades, lluvias rojas, negras y amarillas, lluvia de ranas caída de enormes bloques de hielo (¡algunos del tamaño de un elefante!), lluvias de carne, de trozos de algodón, de lodo, de arena, y también de... sangre.

“En el año 1800, en Seringapatam, en la India, se registraron (según la revista Nature del 1° de noviembre, anota Fort) una sucesión de lluvias de granizo. Durante una de ellas se encontraron dos piezas de hielo que tenían el tamaño de un elefante pequeño. Ese mismo año, informes del instituto Smithsoniano revelan que en los EE.UU cayeron piedras de hielo de 2 y 3 kg. de peso.

“El 27 de febrero de 1877 en Penchloch, Alemania, cayó una espesa lluvia amarilla, color oro, cuya materia tenía 3 formas distintas: semejaban una flecha, un grano de café y un disco. No se encontraron trazas de polen y la sustancia despedía un fuerte olor animal. El análisis químico reveló la presencia de nitrógeno y amoníaco. Charles Fort - en su obra "El libro de los condenados" al hablar de esta lluvia - dice: "Tal vez fueran símbolos jeroglíficos de alguien que intentaba decirnos algo".

“El 14 de febrero de 1870, cayó en Génova, Italia según el profesor Beccardo, director del instituto Genovés de Física, citado por Fort, una sustancia amarilla que cubrió las calles, al punto de que era difícil caminar. Según se estimó, la cantidad de esta materia amarilla que cubrió Génova era de aproximadamente 100 mil toneladas.

“El 30 de abril de 1887 se produjo una lluvia densa, ardiente, negra y pestilente. El mismo fenómeno se repitió el 9 de octubre de 1907 y el 2 de marzo de 1908. La "explicación" fue que se trataba de polvo de carbón que habría flotado en el aire desde las minas de Gales. Pero una lluvia similar se registró el 20 de enero de 1911 en Suiza y otra en el cabo de Buena Esperanza, el 5 de febrero de 1912. Según el reverendo James Rust una lluvia negra cayó en Slains, Escocia, el 14 de enero. Otra en Carluke, a 250 km. de Slains, el 1 de mayo. Y otros dos en este sitio el 20 de mayo de 1862 y el 21 de octubre de 1863. El informe químico identificó esta sustancia no como un producto volcánico o ceniza, sino como escoria de fundición. "Resulta imposible - dice Fort - imaginar que un producto artificial como es la escoria de hierro haya podido caer en tan grandes cantidades y en sitios tan distintos". Y agrega un dato sorprendente: El 9 de noviembre de 1819 cayó una lluvia negra de escoria de metal sobre una vasta zona de Canadá. Esta lluvia fue acompañada de una sacudida sísmica y de una intensa oscuridad aunque era pleno día.

No sólo caen - según Fort - diversos colores desde el cielo. En ciertos momentos de la historia, y en los más variados lugares, se produjo la precipitación de sustancias realmente increíbles.

“El 13 de agosto de 1819 en la ciudad de Amherst, en Massachusetts, un objeto misterioso, recubierto de una pelusilla como la que se encuentra en la fábrica de paños, se abatió contra el suelo. Separada la pelusa apareció una sustancia pulposa de color amarillento que despidiendo un olor muy nauseabundo, se volvió de color rojo vivo por el simple contacto con el aire.

“En Londres, la tarde del 5 de mayo de 1848, cayó una lluvia extrañísima. Traducida textualmente la nota de Charles Fort dice la siguiente: "A las 5 de la tarde el cielo estaba apacible sobre la ciudad de Londres. De pronto sin previo aviso, comenzó a soplar un fuerte vendaval que hizo volar a toldos y sombreros. El sol se apagó y una oscuridad densa se desplomó sobre la ciudad. Apenas se podía ver a dos pasos. A partir de ese momento comenzó a caer desde lo alto un copioso chubasco de agua y peces. Durante casi 1 hora cayeron miles y miles de pequeños peces de unos 15 cm de largo, de colores plateados y grandes aletas. Examinados por los expertos no pudieron ser reconocidos. Se enviaron muestras a todas las Universidades de Inglaterra y ninguna pudo decir de qué especie eran esos peces. Finalmente, una comunicación llegada desde el Cairo y firmada por el decano de la facultad de ciencias naturales de esa ciudad informó que esos peces correspondían a una especie de agua dulce que prolifera en el mar de Galilea. No se pudo explicar cómo habían caído sobre Londres esos peces que los palestinos llaman Pez de San Pedro".

“En agosto de 1894, miles de medusas, grandes como un chelín, fueron señaladas sobre la ciudad de Bath, en Inglaterra. En el mismo momento no lejos de ahí, en Wigan, cayó una lluvia de pequeñas ranitas.

“En una nota tomada de Comptes Rendus, Fort anota que la "sustancia negra caída en Entre Ríos, Argentina, el 30 de junio de 1880 recuerda a ciertas formas de lignito". Es de color negro verdusco, similar a otras que se precipitaron en Francia (1868), Australia (1861), India (1867) y Portugal (1902).

Fort, que murió en 1932 dejando muchos seguidores, no conoció la proliferación de los Ovnis. Como dijo Louis Pauwels - unos de sus discípulos más brillantes - tal vez hubiese anotado en su archivo que cuando cesaron las lluvias extrañas, apareció en el tranquilo horizonte del planeta una rara constelación de objetos voladores no identificados...

Tras la muerte de Charles Fort las lluvias acontecidas fueron más insólitas que las que describió:

Chaparrones de tela de araña mojando pueblos y ciudades, están desconcertando a meteorólogos del mundo entero, que no obtienen explicación a tan inusual y original fenómeno.

El día que llovió ranasLa caída más frecuente es la de trozos de hielo, que en algunas ocasiones pesan 45 kg. A estos le siguen las de ranas, peces y cangrejos, que parecen preferir ambientes fríos como los del norte de Gran Bretaña para caer.

Cabe señalar un suceso muy raro ocurrido un atardecer de verano de 1969: los ventanales de una hostería de los Alpes alemanes próxima a Oberstdorf fueron literalmente destrozados por una lluvia de monedas antiguas, en especial rupias, maravedíes y piastras. El violento chaparrón paleomonetario se repitió a la mañana siguiente, y atrajo a numerosos curiosos a la zona. La policía destacó en el lugar a 4 patrulleros y una unidad de perros especializados que rastrearon la zona sin encontrar pista alguna sobre el extraño ataque.

Los dueños del establecimiento declararon que durante las 2 precipitaciones de monedas se oyeron voces en lenguas extrañas, que algunos huéspedes interpretaron como griego antiguo y otros como sánscrito.

Quiero hacer mención de un caso ocurrido en Argentina (Buenos Aires), hace más de 45 años - con exactitud no poseo la fecha - según testimonios de personas que presenciaron el fenómeno: "Una lluvia de ranas en estado de congelación - como dentro de cubitos de hielo - cayó sobre la Capital Federal. No sólo cayeron ranas sino también rosa y flores en el mismo estado de congelación que las ranas..."

Siguiendo un poco con más sucesos en el mundo:

Durante 4 años, en la década de 1980, la población de Evans, Colorado (EE.UU), vio caer del cielo millones de granos de maíz, semilla que nadie cultivaba en 10 km. a la redonda. El fenómeno, aunque suene increíble, tuvo antecedentes documentados en Winchester, Inglaterra, y en otras partes del mundo.

Pero si consideramos a esta lluvia insólita... ¿qué podemos decir cuando son sapos, ranas y peces los involucrados? Como el caso ocurrido el 31 de marzo de 1977: Se desató una fuerte tormenta en Ohio, en los EE.UU. Luego de la misma, todos los jardines y espacios abiertos de la ciudad aparecieron cubiertos por sapos pequeños del tamaño de una uña.

En los primeros días de julio de 1979, la agencia soviética de noticias Tass - poco amiga de dar informes sensacionalistas - comunicó que una tormenta dejó caer millones de ranas sobre un poblado llamado Dargan-ata cerca del mar Aral. En este caso, la ciencia soviética intentó explicar el fenómeno argumentando que un remolino había succionado toda clase de objetos y animales de pequeño tamaño, llevándolos hasta las nubes. Una explicación a todas luces poco convincente.

Este tipo de relatos no es nuevo. Si nos remitimos a la Biblia, la descripción del Gran Éxodo explica que el río "crió ranas", que entraron a todas las casas y subieron a las camas y a las mesas, cubrieron toda la tierra de Egipto, hasta el palacio del Faraón.

Tampoco hubo explicación para la lluvia conjunta de sapos y ranas el 30 de junio de 1892. La explicación de trombas que succionan los animales y los depositan a la distancia deja sin responder cientos de preguntas, siendo la más evidente la relativa a la "selectividad" de los tornados, que parecen elegir sapos y no ranas, o al revés y, casi nunca ningún otro tipo de animal. Además, ¿de qué manera los anfibios transportados por el viento son depositados en las nubes, y desde allí, redistribuidos por la lluvia?

Hoy en día este increíble fenómeno no ha sido explicado. Si Fort viviera en esta época, gracias a los avances de la tecnología, lo que siempre muchos, no todos, tomaron como una leyenda o producto de la imaginación colectiva, ahora empezaría a ofrecer testimonios concretos, como fotografías y mayormente filmaciones. Esta prueba ante fenómenos de insólita naturaleza es más que contundente por lo general.

Tal vez, luego de leer esto amigo lector, cuándo en una tormentosa lluvia observe el cielo, el recuerdo de lo que el cielo nos puede ofrecer y mostrar llenará cada rincón de su curiosa mente. Y como la frase bien dice: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra de lo que podemos imaginar y comprender".

jueves, 17 de diciembre de 2009

Sin título

 

Renacer

Pensamiento Mínimo

La primera condición para la inmortalidad es la muerte.

La búsqueda de la inmortalidad

 

Representación alquímica

El deseo de la vida eterna o de permanecer siempre joven ha atormentado a la Humanidad desde el momento en que descubre que se es mortal, ¿por qué se tiene que morir uno?, ¿no hay una manera de vivir más o para siempre?, a lo largo de la historia muchos hombres y mujeres lo han intentado, ¿alguien lo logró?

En culturas primitivas la sangre de animales siempre ha sido el portador de sus cualidades, por eso beberla las transfería al hombre. Así que beber la sangre (o comerse) a un hombre equivalía a absorber su "energía vital", que se añadía a la propia para prolongar la vida. De ahí el mito hace a los vampiros sedientos de sangre para permitirles vivir eternamente. Con el progreso de la civilización esta práctica evolucionó; al conocerse la función del hígado como órgano purificador de la sangre, parecía obvio que era él el que regeneraba la vida del individuo; así encontramos a este órgano como protagonista en la mayoría de los menús caníbales y de las recetas para prolongar la vida.

La condesa Isabel Bathory, de la nobleza rumana, tenía su propio método para vivir eternamente, y este era el de bañarse en la sangre de los campesinos que contrataba como sirvientes. Cuando ya no encontraba "voluntarios" los secuestraba.

Como en una novela de terror esta macabra práctica termina cuando su primo, el conde de Cyorgy Tharzo, al mando de un destacamento de soldados, prende a la condesa en su castillo de Csjthes la noche del 30 de Diciembre de 1610.

Al entrar al gran salón descubre horrorizado el cadáver de una muchacha desangrada, a otra aún viva con su cuerpo lleno de miles de punciones y a una tercera ya moribunda con huellas de haber sufrido terribles torturas. Bajo el castillo y en sus alrededores se desenterraron cientos de cadáveres.

Pero no todas las historias de la búsqueda de la inmortalidad son truculentas. El aliento también ha sido considerado sinónimo de vida, se pensaba que con el último aliento se expulsaba el alma, y además el aliento divino daba vida. Por eso en la época romana, y según cuenta una inscripción de entonces en mármol, Claudio Hermippus aseguraba haber prolongado su vida hasta los 115 años gracias a aspirar de forma continuada el aliento de jovencitas.

Cuanto más pasaba el tiempo más cuenta se daba el hombre que los métodos que había ido probando eran inútiles y que ninguno permitía prolongar la vida, así cada vez los sistemas eran más pintorescos y extravagantes, ora se necesitaba ingerir extraños elixires con componentes exóticos (cuerno de unicornio, mandrágora, etc.) y difíciles de conseguir, ora seguir procesos escabrosos...

El conde Cagliostro, noble nacido en Palermo en 1743, tenía una técnica "infalible" para regenerar el cuerpo y poder vivir más. La técnica intentaba reproducir el proceso sufrido por los gusanos que se envolvían en su capullo de seda y renacían como mariposas, y si ellas podían hacerlo, nosotros también. Por eso su método consistía en desnudarse y tumbarse en una cama, envolver en una manta al individuo y dejarlo reposar durante un mes alimentándolo sólo con caldo de pollo. Cagliostro aseguraba que pasados unos días el individuo empezaba a perder el pelo y a caérsele los dientes hasta llegar a un estado de debilidad extremo, a partir del que se empezaría un proceso regenerativo que devolvería al infeliz sus dientes y pelo junto con la juventud. La ciencia corrobora la primera parte del experimento, la acción del escorbuto y la falta de ingestión de vitamina C harían que el individuo perdiera rápidamente el pelo y los dientes, sin embargo el resto del experimento no llegaría nunca a buen fin, y nadie más volvió a proponer tal barbaridad.

Otros métodos también quisieran imitar a la naturaleza, intentando partir de cero para "nacer de nuevo". Cuenta la historia que en Toledo, allá por el año 1434, vivía Don Enrique de Villena, escritor y nigromante, que sintiendo cerca la hora de su muerte llamó a su criado negro en el que confiaba plenamente y le dio las siguientes instrucciones: que nada más morir le descuartizara minuciosamente y metiera sus restos en una cuba preparada con una extraña pócima, la cuba se hallaba escondida entre un montón de estiércol que daría calor al preparado. Y para que nadie notara su ausencia el criado llevaría el sombrero de su amo durante los nueve meses que duraba el experimento, con él el criado adquiriría el aspecto de su amo y nadie notaría su muerte. Y así fue, y el criado se paseó por Toledo con el sombrero durante meses y todos creían ver al amo, pero cierto día se encontró de bruces con una procesión del viático a la que no pudo esquivar, y mientras pasaba el sacerdote con los santos óleos todos se iban descubriendo, menos el criado. Pero un vecino indignado por la irreverencia le quitó el sombrero y entonces todos vieron de nuevo al criado negro. Fue conducido ante el Santo Oficio acusado de brujería y de matar a su señor, ante lo que no tuvo más que confesar lo ocurrido y conducir a la Santa Hermandad hasta el estercolero en el que se escondía la cuba. Estos, convencidos que allí obraba más el diablo que Dios, rompieron la cuba y se derramó sobre el suelo un líquido viscoso en el que flotaba lo que parecía un feto de pocos meses.

Muy parecida historia se cuenta de un brujo de Gottinga durante el siglo XVIII llamado Johannes de Philadelphia, conocido entre la nobleza por sus trucos de magia y encantamientos. Murió en 1777 rodeado de misterio y se encontró en un tonel que se abrió a destiempo en el que habían metido sus restos un embrión humano a medio desarrollar.

La pócima que se metió en estos toneles sigue siendo un misterio, pero casos similares de extraños elixires se encuentras diseminados por toda la Historia. Un tratado atribuido a Paracelso titulado "De Tinctura Physicorum" (la tintura de los físicos) que data de 1570, habla de una extraña pintura con la que los médicos egipcios habrían vivido hasta 150 años. Si bien es cierto que en la edad media comienzan a venderse elixires milagrosos de manera ambulante por todos los rincones de Europa, también es la época en la que la alquimia florece para transformarse más tarde en química. La alquimia tuvo dos metas principales: la piedra filosofal con la de convertir los metales en oro y la búsqueda del elixir de la vida.

Salomón Trimosín fue un alquimista Europeo nacido en 1490, aunque no se sabe cuándo murió. De él se cuenta que vivió más de cien años gracias a su elixir, que le habría rejuvenecido varias veces regenerando sus cabellos, enderezando su columna y limpiando de arrugas su cara. Cuando se le preguntó que cuánto pensaba vivir contestó que hasta el Día del Juicio Final. Eran corrientes por el siglo XVI y XVII las historias de rejuvenecimientos súbitos entre los alquimistas y las prolongaciones antinaturales de sus vidas, todo gracias al llamado oro potable o elixir de la larga vida, que sería la disolución de la Piedra Filosofal en agua destilada, capaz de eliminar de manera selectiva el agua pesada de los tejidos haciendo que estos no envejecieran. Consumiendo una gota del elixir cada seis meses se provocaría la eliminación de todas las toxinas del cuerpo, luego se caerían la uñas, dientes y cabellos que más tarde se recuperarían como nuevos, al cabo del tiempo se iría perdiendo la necesidad de comer y la de evacuar, siendo suficiente la transpiración para eliminar líquidos. Esa sería la causa de que se supiera la fecha de nacimiento de muchos alquimistas pero no la de su muerte, como ocurre con la del francés del siglo XV Jean Lallemant. Alquimísta

El alquimista más conocido fue el célebre Saint Germain, que empezó sus andanzas por este mundo en el siglo XVIII. Voltaire escribía sobre él a Federico II de Prusia que era un "hombre que nunca muere y conoce todas las cosas". Su primera aparición histórica data de 1743 en Londres, donde empezaron a correr rumores de que era mucho más viejo de lo que aparentaba.

Como era conde se codeaba con la nobleza y hablaba de hechos históricos de siglos pasados con tal cantidad de datos y detalles que parecía haber sido testigo ocular, de hecho decía haber conocido a Julio César y a Poncio Pilatos.

Se cuentan diversas anécdotas suyas, una de ellas habla del encuentro en casa de Madame Pompadour con la condesa Gerhy cierto día de 1750, la cual había estado 50 años antes en Venecia cuando su marido era embajador de dicha República. La condesa se acercó a Saint Germain y le preguntó:

- Caballero, ¿tendríais la bondad de decirme si vuestro padre residía en Venecia en 1700?

- No señora -respondió el conde- pues hace mucho más tiempo que perdí a mi padre. Era yo quien vivía en Venecia a finales del siglo pasado y a comienzos del presente. Tuve entonces el honor de haceros la corte y vos tuvisteis la bondad de elogiar algunas barcarolas compuestas por mí y que cantábamos juntos.

- Perdonad mi franqueza, pero eso no es posible. El conde Saint Germain de entonces tenía 45 años y vos no representáis más edad en estos momentos.

- Señora, -contestó esbozando una sonrisa- soy mucho más viejo de lo que suponéis.

- Según esa cuenta, deberías tener más de 100 años.

- Es posible que los rebase...

Los que conocieron al conde notaron que nunca aparecía cansado, que jamás se le veía comer ni beber a pesar de los innumerables banquetes a los que asistió y nunca se interesó sexualmente por las mujeres. La fecha oficial de su muerte es la de 1784, en el castillo de Landgrave de Carlos de Hesse-Cassel, y en ausencia de éste. Muchos dicen no tener pruebas de su fallecimiento. A partir de esa fecha se asegura haberle visto en distintos lugares y en diversas épocas: 1785 en Rusia, 1792 en París, en 1867 en una reunión de la Gran Logia en Milán, en 1896 la teósofa Annie Besant dijo haberse encontrado con él, y en muchos más lugares y fechas hasta bien entrado nuestro siglo. En Viena existe el testimonio del rosacruz Franz Gräffer; el conde anunció su despedida así: "Hacia final de siglo desapareceré de Europa, iré a la región del Himalaya, reposaré... Me volverán a ver dentro de 85 años, día a día. Adiós, os quiero."

Otros volvían al cabo de 100 o 300 años después de haber estado "hibernando" o "durmiendo" en alguna parte de este u otro mundo. Son multitud las leyendas populares que hablan de personas que desaparecieron, se perdieron o fueron raptadas para luego aparecer de nuevo tras muchos años como si para ellos hubieran transcurrido sólo unas horas. Se habla de zonas en las que el espacio-tiempo está alterado, de modo que cuando alguien pasa por allí permanece en un estado de adormecimiento o "sueño encantado" gracias a veces a una comida o bebida, algunos al volver al tiempo normal sufren en un momento los estragos de la edad que se saltaron.

Es célebre la historia de los "siete durmientes de Éfeso", que se refugiaron en una cueva huyendo del edicto que proclamó contra los cristianos el emperador romano Decio en el siglo III. Sin que ellos se percataran estuvieron allí 187 años, cuando salieron al exterior apenas les duró la alegría unas semanas, fueron muriendo uno a uno presas de un súbito envejecimiento. Un caso más reciente lo encontramos en la historia que cuentan los tinerfeños de San Juan: una niña salió a buscar peras y entró en una cueva en la que quedó dormida. Cuando despertó y salió al exterior habían pasado 30 años, aunque ella conservaba el mismo aspecto y edad que cuando desapareció.

Todas estas búsquedas de la juventud han marcado a la humanidad desde el comienzo. Lo intentaron los egipcios momificando a sus muertos, fue y es usado por multitud de credos para sus propios fines, cuando los exploradores españoles se aventuraban en el continente americano buscaron hasta morir el Dorado y la Fuente de la eterna Juventud. Con la llegada de la ciencia se empezó a buscar una solución más modesta que vivir siempre, y era la de retrasar la muerte o aparentar juventud, así nacieron los cosméticos y progresó la medicina moderna. ¿Está ahora más cerca el Hombre de conseguir su sueño?, es cierto que la esperanza de vida actual es la más alta de la historia, y si para la antigua Grecia un hombre de 40 años ya era viejo ahora podemos esperar vivir hasta los 90. ¿Dónde está el límite? En recientes experimentos con monos se ha observado que si no se fuma ni bebe en exceso, si se hace ejercicio y si se sigue una dieta variada pero espartana (comer un 30% menos de calorías de lo normal) alarga la vida hasta un 40%. También la genética puede ayudar a la humanidad a vivir más y mejor; el gen SOD1 es que el que regula la eliminación de los radicales libres que oxidan nuestro organismo y le hacen envejecer, así una alteración genética que añada otro gen SOD1 alarga la vida hasta un 40%, al menos así ocurrió con los animales de laboratorio. Otro camino que busca alargar la vida consiste en retrasar la edad en la que se tengan hijos, puesto que lo que "busca" la naturaleza es perpetuar los genes de cada individuo, y una vez que por la edad ya no se puede procrear, el ser ya no necesita vivir, si se tienen hijos un poco más tarde en cada generación, según las modernas teorías genetistas, cada vez se vivirá más.

Quizás la vida eterna se consiga gracias a la tecnología, quizás sea por las obras (literarias, arquitectónicas, científicas...), tal vez ya no podamos alargar más la vida física porque no estamos hechos para ello e incluso no nos convenga (imaginemos un dictador que gobierne cientos de años). Lo cierto es, que se sepa, nada dura eternamente.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Sin título

 

¿Coincidencia?

Pensamiento Mínimo

¿Qué se puede esperar de un día que comienza con tener que levantarse?

Serendipias: ¿Coincidencias o Consecuencias?

 

Barbas

 

Cada uno de nosotros ha experimentado alguna vez alguna coincidencia. Los matemáticos las justifican como acontecimientos debidos meramente a la casualidad, pero hay quienes les atribuyen unas razones más profundas.

En la noche del 28 de Julio de 1900, el rey Humberto I de Italia cenaba con su ayudante en un restaurante de la localidad de Monza, donde debía presenciar un concurso de atletismo al día siguiente. Con gran sorpresa observó que el propietario del establecimiento era idéntico a él. Por curiosidad, entabló conversación con él, y fue descubriendo que existían entre ellos otras semejanzas.

El dueño también se llamaba Humberto; al igual que el rey, había nacido en Turín, y en el mismo día; y se había casado con una chica llamada Margherita el mismo día en que el rey se casó con su esposa, la reina Margherita. Y había inaugurado el restaurante el día en que Humberto I fue coronado rey de Italia.

El rey quedó fascinado e invitó a su doble a que asistiera al concurso de atletismo con él. Pero al día siguiente, ya en el estadio, el ayudante del rey le informó que el dueño del restaurante había muerto aquella mañana después de que le hubieran disparado misteriosamente. Y mientras el rey expresaba su pesar, un anarquista que surgió de entre la multitud disparó contra él y le mató.

Otra extraña coincidencia conectada con una muerte ocurrió mucho más recientemente. El domingo 6 de agosto de 1978, el pequeño despertador que el papa Pablo VI había comprado en 1923 -y que durante 55 años le había despertado a las seis cada mañana- sonó repentinamente, y de un modo estridente. Pero no eran las seis; eran las 9:40 de la noche y, de forma inexplicable, el reloj empezó a sonar cuando el papa yacía moribundo. Más tarde, el padre Romeo Panciroli, portavoz del Vaticano, comentaría: «Fue de lo más extraño. Al papa le gustaba mucho el reloj. Lo compró en Polonia y lo llevaba siempre consigo en sus viajes.»

Cada uno de nosotros ha experimentado una coincidencia -aunque sea trivial- alguna vez. Pero algunos de los casos más extremos parecen desafiar toda lógica y resulta imposible atribuirlos a la mera suerte.

Los Poderes Del Universo

No es, pues, sorprendente que la «teoría de la coincidencia» haya entusiasmado a científicos, filósofos y matemáticos durante más de 2.000 años. Hay un tema que aparece en todas sus teorías y especulaciones: ¿qué son las coincidencias? ¿Contiene un mensaje escondido dirigido a nosotros? ¿Qué fuerza desconocida representan? Sólo en nuestro siglo se han sugerido algunas respuestas verosímiles, pero son respuestas que chocan con las propias raíces de la ciencia. Ello hace que nos preguntemos: ¿existen poderes en el Universo de los que no tenemos todavía un conocimiento preciso?

Los primeros cosmólogos creían que el mundo se mantenía unido por una especie de principio de totalidad. Hipócrates, conocido como el padre de la medicina, que vivió aproximadamente entre 460 y 375 a.C., creía que el Universo estaba unido por unas «afinidades ocultas», y escribió: «Hay un movimiento común, una respiración común, todas las cosas están en solidaridad las unas con las otras.» Según esta teoría, la coincidencia se daría cuando dos elementos «solidarios» o «afines» se buscan el uno al otro.

El filósofo renacentista Pico della Mirandola escribió en 1557: «En primer lugar, hay una unidad en las cosas por la cual cada cosa forma un conjunto consigo misma. En segundo lugar, existe la unidad por la cual una criatura está unida a las otras y todas las partes del Universo constituyen un mundo.»

Esta creencia ha perdurado, de una forma apenas alterada, en tiempos mucho más modernos. El filósofo Arthur Schopenhauer (1788-1860) definió la coincidencia como «la aparición simultánea de acontecimientos causalmente desconectados. » Sugirió que los acontecimientos simultáneos iban en líneas paralelas, y que el mismo acontecimiento, aunque representa un eslabón de cadenas totalmente diferentes, se da sin embargo en ambas, de forma que el destino de un individuo se ajusta invariablemente al destino de otro, y cada uno es el protagonista de su propio drama mientras que simultáneamente está figurando en un drama ajeno a él. Esto es algo que sobrepasa nuestros poderes de comprensión y sólo puede concebirse como posible en virtud de la maravillosa armonía preestablecida. Todos debemos participar en ella. Por tanto, todo está interrelacionado y mutuamente armonizado.

Investigando El Futuro

La idea de un «inconsciente colectivo» -almacén secreto de recuerdos a través de los cuales las mentes puedan comunicarse- ha sido debatida por varios pensadores. Una de las teorías más extremistas para explicar la coincidencia fue presentada por el matemático británico Adrian Dobbs en los años sesenta. Inventó la palabra «psitrón» para describir una fuerza desconocida que registraba, como el radar, una segunda dimensión temporal que era más bien probabilística que determinista. El psitrón absorbía probabilidades futuras y las transmitía al presente desviándose de los sentidos humanos corrientes y transmitiendo de alguna forma la información directamente al cerebro.

La primera persona que estudió las leyes de la coincidencia científicamente fue el doctor Paul Kammerer, director del Instituto de Biología Experimental de Viena. Desde que tenía veinte años, empezó a escribir un «diario» de coincidencias. Muchas eran triviales: nombres de personas que surgían inesperadamente en conversaciones separadas, tickets para el concierto y el guardarropía con el mismo número, una frase de un libro que se repetía en la vida real. Durante horas, Kammerer permanecía sentado en los bancos de los parques tomando nota de la gente que pasaba, anotando su sexo, edad, vestido, y si llevaban bastones o paraguas. Después de haber considerado detalles tales como la hora punta, el tiempo y la época del año, descubrió que los resultados se clasificaban en «grupos de números» muy similares a los que usan los estadísticos, los jugadores, las compañías de seguros y los organizadores de encuestas. Kammerer llamó a este fenómeno «serialidad», y en 1919 publicó sus conclusiones en un libro titulado Das Gesetz der Serie (La ley de la serialidad). Afirmaba que las coincidencias iban en serie -es decir, «se producía una repetición o agrupación en el tiempo o en el espacio por la cual los números individuales en la secuencia no estaban conectados por la misma causa activa.»

Kammerer sugirió que la coincidencia era meramente la punta de un iceberg dentro de un principio cósmico más grande, que la humanidad todavía apenas reconoce. Al igual que la gravedad, es un misterio; pero a diferencia de ella, actúa selectivamente para hacer coincidir en el espacio y en el tiempo cosas que poseen alguna afinidad. «Así pues -concluyó-, al final tenemos la imagen de un mundo-mosaico o de un caleidoscopio cósmico que, a pesar de los constantes movimientos y nuevas disposiciones, también se preocupa por hacer coincidir cosas iguales.»

El gran salto hacia adelante tuvo lugar 50 años más tarde, cuando dos de las mentes más brillantes de Europa colaboraron para producir el libro más completo acerca de los poderes de la coincidencia, un libro que iba a dar lugar a controversia y a ataques por parte de teóricos rivales. Los dos hombres eran Wolfgang Pauli -cuyo principio de exclusión, ideado de una forma muy atrevida, le mereció el premio Nobel de física- y el psicólogo-filósofo suizo profesor Carl Gustav Jung. Su tratado llevaba el poco original título de Sincronicidad, un principio de conexión no causal. Descrito por un crítico americano como «el equivalente paranormal de una explosión nuclear» , utilizaba el término «sincronicidad» para ampliar la teoría de la serie de Kammerer.

Orden A Partir Del Caos

Según Pauli, las coincidencias eran «las huellas visibles de principios desconocidos». Las coincidencias, explicó Jung, tanto si se dan aisladas como si aparecen en serie, son manifestaciones de un principio universal apenas conocido que opera con bastante independencia respecto de las leyes físicas. Los que han interpretado la teoría de Pauli y Jung han concluido que la telepatía, la precognición y las mismas coincidencias son todas manifestaciones de una única fuerza misteriosa que opera en el Universo y que está tratando de imponer su propia disciplina sobre la total confusión que rige la vida humana.

De todos los pensadores contemporáneos, nadie ha tratado más extensamente la teoría de la coincidencia que Arthur Koestler, quien resume este fenómeno con la expresiva frase «chistes del destino» .

Un «chiste» particularmente sorprendente le fue relatado a Koestler por un estudiante inglés de doce años llamado Nigel Parker: Hace muchos años, el autor de historias de terror norteamericano, Edgar Allan Poe, escribió un libro titulado El relato de Arthur Gordon Pym. En él, el señor Pym viajaba en un barco que naufragó. Los cuatro supervivientes pasaban muchos días en un bote antes de decidirse a matar y comerse al grumete, cuyo nombre era Richard Parker.

Unos años después, en el verano de 1884, el primo de mi bisabuelo era grumete de la yola Mignonette cuando ésta se hundió, y los cuatro supervivientes navegaron a la deriva en un bote durante muchos días. Finalmente, los tres miembros mayores de la tripulación mataron y se comieron al grumete. Su nombre era Richard Parker.

Tales incidentes, extraños y aparentemente significativos, abundan. ¿Qué explicación puede haber para ellos, a no ser la mera coincidencia?.

«No te lo vas a creer ...»

Las coincidencias más sorprendentes a menudo afectan a objetos o acciones bastante corrientes, como la extraña experiencia relatada por un periodista de Chicago, Irv Kupcinet:

«Acababa de llegar al hotel Savoy de Londres. Al abrir un cajón de mi habitación descubrí, para mi mayor sorpresa, que contenía algunas cosas personales pertenecientes a un amigo mío, Harry Hannin, que viajaba con el equipo de baloncesto de los Harlem Globetrotters.

Dos días después recibí una carta de Harry, enviada desde el hotel Meurice, en París, que empezaba así: «No te lo vas a creer...» Según parece, Harry había abierto un cajón de su habitación y había encontrado una corbata con mi nombre. Era un habitación en la cual yo había estado unos meses atrás.

Las Triquiñuelas Del Destino

Algunas personas parecen presentir los hechos fortuitos que llamamos coincidencias, y logran sacarles partido. He aquí algunos casos que han llamado especialmente la atención.

Sólo cuando su tren entró en la estación de Louisville, George D. Bryson decidió interrumpir su viaje a Nueva York para visitar aquella histórica ciudad de Kentucky. Nunca había estado allí y tuvo que preguntar dónde se encontraba el mejor hotel. Nadie sabía que estaba en Louisville y, en broma, preguntó al recepcionista del Hotel Brown: «¿Hay cartas para mí?». Quedó atónito cuando el recepcionista le entregó una carta dirigida a él que llevaba el número de su habitación. El anterior ocupante de la habitación 307 había sido otro George D. Bryson, que no tenía nada que ver con él.

Una coincidencia notable, por cierto, que cobra mayor interés porque quien la cuenta con más frecuencia es el doctor Warren Weaver, el matemático y experto en probabilidades norteamericano que cree que las coincidencias están regidas por las leyes del azar y rechaza cualquier sugerencia de elementos misteriosos o paranormales.

En el punto de vista opuesto se sitúan quienes creen en las teorías de la «serialidad» o «sincronicidad» del doctor Paul Kammerer, Wolfgang Pauli y Carl Gustav Jung.

Aunque los tres se acercaron a la teoría de las coincidencias desde perspectivas diferentes, sus conclusiones sugerían la existencia de una fuerza misteriosa y apenas comprensible en el Universo, una fuerza que intenta imponer su propio orden en el caos de nuestro mundo. La moderna investigación científica, sobre todo en los campos de la biología y la física, también parece acusar una tendencia de la naturaleza a ordenar el caos. Pero los escépticos no se dejan convencer. Cuando las cosas suceden al azar, argumentan, tienen que producirse las agrupaciones que llamamos coincidencias. Hasta es posible predecir esas agrupaciones o «apiñamientos» o, por lo menos, predecir la frecuencia con que sucederán. Si usted tira muchas veces una moneda, las leyes de la probabilidad dictaminan que, al final, habrá obtenido un número casi igual de caras y cruces. Pero cara y cruz no se alterarán. Habrá series de cara y series de cruz. El doctor Weaver calcula que si alguien tira una moneda 1.024 veces, por ejemplo, es probable que haya una serie de ocho caras seguidas, dos de siete, cuatro de seis y ocho de cinco. Lo mismo sucede con la ruleta. Una vez salieron los pares 28 veces seguidas en el casino de Montecarlo. Las posibilidades de que esto ocurra es de una entre 268 millones. Pero los expertos afirman que como podía suceder, sucedió y volverá a suceder en algún lugar del mundo si suficientes ruletas siguen girando durante el tiempo necesario.

Los matemáticos usan esa ley para explicar, por ejemplo, la fantástica serie de aciertos que valieron a Charles Wells el título, que también lo fue de una canción, de El hombre que hizo saltar la banca en Montecarlo.

Wells -un inglés gordo y ligeramente siniestro- se transformó en tema de esa canción en 1891, cuando hizo saltar tres veces la banca del casino de Montecarlo. Aparentemente, no usaba ningún sistema: apostaba cantidades iguales a rojo o negro, ganando casi todas las veces, hasta que, finalmente, sobrepasó la banca de 100.000 francos asignada a cada mesa. En cada ocasión los empleados cubrieron la mesa con un lúgubre paño negro de «luto» y la cerraron por el resto del día. La tercera y última vez que Wells apareció en el casino, colocó su primera apuesta en el cinco: las posibilidades de que saliera eran de una entre 35. Ganó. Dejó la apuesta original y le añadió sus ganancias. El cinco salió de nuevo y volvió a salir cinco veces más. Apareció el paño negro. Wells se marchó con sus ganancias y nunca más fue visto en el casino.

Los teóricos de la serialidad y la sincronicidad, y quienes han continuado los trabajos de Kammerer, Pauli y Jung, aceptan la idea de que hay «racimos» de números, pero consideran que la «suerte» y la «coincidencia» son dos caras de la misma moneda. Los conceptos clásicos paranormales de PES, telepatía y precognición -elementos recurrentes en las coincidencias-, podrían ofrecer una explicación alternativa de las razones por las que unas personas tienen más «suerte» que otras.

La investigación moderna separa las coincidencias en dos grupos diferentes: triviales (como echar a cara o cruz, series de números y ,manos sorprendentes de naipes) y significativas. Estas últimas son las que mezclan personas, acontecimientos, espacio y tiempo -pasado, presente y futuro- de una manera que parece cruzar la delicada frontera que separa lo normal de lo paranormal.

Significativo y Macabro

A veces ocurren coincidencias que parecen vincular, casi caprichosamente, las teorías rivales. Cuando un tren de cercanías de Nueva York se precipitó en la bahía de Newark y murieron muchos pasajeros, se iniciaron los trabajos de rescate de los vagones sumergidos. Una foto que apareció en la primera página de un periódico mostraba el último vagón en el momento de ser extraído, con el número 932 claramente visible a un lado. Ese día, el número 932 salió en el sorteo de la lotería de Manhattan, proporcionando cientos de miles de dólares de ganancia a las muchas personas que, presintiendo un significado oculto en el número, habían apostado por él. Los investigadores modernos dividen las coincidencias significativas en varias categorías.

Una es la coincidencia de advertencia, que implica un presentimiento de peligro o desastre. Tales coincidencias suelen tener largo alcance; por eso a menudo son ignoradas o pasan inadvertidas.

Ése fue, ciertamente, el caso de tres barcos, el Titan, el Titanic y el Titanian. En 1898, el escritor norteamericano Morgan Robertson publicó una novela acerca de un gigantesco trasatlántico, el Titan, que se hundía una fría noche de abril en el Atlántico, después de chocar con un iceberg en su primer viaje.

Catorce años después, en uno de los peores desastres marítimos de la historia, el Titanic se hundió en una fría noche de abril en el Atlántico, después de chocar con un iceberg en su primer viaje. Las coincidencias no terminaron allí. Los dos barcos, el real y el de ficción, tenían aproximadamente el mismo tonelaje y ambos desastres ocurrieron en el mismo sector del océano. Uno y otro eran considerados «insumergibles» y ninguno llevaba suficiente cantidad de botes salvavidas.

Coincidencia y Premonición

Si se agrega la extraordinaria historia del Titanian, las coincidencias Titan-Titanic comienzan a desafiar la credulidad humana. El tripulante William Reeves, que estaba de guardia una noche de abril de 1935, durante un viaje del Titanian entre el Tyne y Canadá, tuvo un presentimiento. Cuando el Titanian llegó al lugar donde se habían hundido los otros dos barcos, la sensación era insoportable. Pero ¿podía Reeves detener el barco sólo por un presentimiento? Otro factor -una coincidencia más lo decidió: había nacido el día del desastre del Titanic. «¡Peligro avante!», gritó al puente. Las palabras apenas habían salido de su boca cuando un iceberg apareció en la oscuridad. El barco lo evitó por muy poco.

Otra categoría la constituyen las coincidencias que sugieren el comentario «el mundo es un pañuelo», y que reúnen a personas y lugares de forma inesperada. Todos hemos sido testigos, o incluso protagonistas, de alguno de estos hechos increíbles. Si las coincidencias pueden jugar con el espacio y el tiempo en su búsqueda de «orden en el caos» , no es sorprendente que vayan más allá de la tumba.

Mientras actuaba en una gira por Texas, en 1899, el actor canadiense Charles Prancis Coghlan enfermó en Galveston y murió. Estaba demasiado lejos (5.600 km, por mar) para enviar sus restos a su pueblo de la isla Prince Edward, en el golfo de San Lorenzo. Fue enterrado en un ataúd de plomo, en una tumba excavada en granito. Sus huesos habían descansado menos de un año cuando el gran huracán de septiembre de 1900 azotó la isla de Galveston, inundando el cementerio. La tumba sufrió graves daños y el ataúd de Coghlan flotó hasta el golfo de México. Lentamente, derivó por la costa de Florida hacia el Atlántico, donde la corriente del Golfo lo arrastró hacia el Norte.

Pasaron ocho años. Un día de octubre de 1908, unos pescadores de la isla Prince Edward vieron un cajón alargado y estropeado por la intemperie flotar cerca de la costa. El cuerpo de Coghlan había vuelto a casa. Con respeto y temor, sus paisanos isleños enterraron al actor en la iglesia más próxima, donde había sido bautizado.

Paralelismo Lincoln-Kennedy

Cuando el hombre avanza un paso en su conocimiento de la realidad, ésta plantea nuevas preguntas inalcanzables:

En 1860, Lincoln fue elegido presidente de los Estados Unidos; Kennedy, en 1960.
Ambos fueron asesinados en presencia de sus respectivas esposas y en el mismo día de la semana, en viernes.
Los dos fueron heridos mortalmente por una bala en la cabeza, disparada en ambos casos por la espalda.
Los presidentes que les sucedieron se llamaban Johnson en uno y otro caso. Los dos Johnson representaban a los demócratas del Sur y ambos fueron también miembros del Senado. El sucesor de Lincoln, Andrew Johnson, nació en 1808; Lindon B. Johnson, en 1908.
El presunto asesino de Lincoln, John Wiikes Booth, nació en 1839; el presunto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, en 1939. Ninguno de ambos presumibles ejecutores pudo ser juzgado, ya que ambos fueron asesinados antes de que eso pudiera ocurrir.
El secretario de Lincoln, apellidado Kennedy, le aconsejó insistentemente que dejara de acudir al teatro donde resultó asesinado; el secretario de Kennedy, apellidado Lincoln, aconsejó al presidente que no fuera a Dallas.
Las esposas de ambos presidentes perdieron un hijo mientras ocupaban la Casa Blanca.
John Wilkes Booth dio muerte al presidents Lincoln en un teatro y huyó hasta un almacén; Lee Harvey Oswald disparó al parecer sobre el presidents Kennedy desde un almacén y huyó hasta un teatro.

¿Cuántas preguntas sin respuesta le ha suscitado la lectura de este caso? Interróguese sobre las casualidades que le hayan ocurrido en su vida, y tal vez empiece a ver el mundo de otra manera; o -lo que es lo mismo- a entender su propia vida y sus circunstancias desde otra óptica. No le pedimos que renuncie a la lógica, sino que complete su visión de la realidad con esos otros datos, difíciles de etiquetar, pero que de forma misteriosa humanizan el universo en que nos ha tocado vivir.