Judaísmo
Los libros
Junto al cristianismo y al islamismo, el judaísmo conforma el grupo de religiones llamadas del libro, pues se basan, las tres, en el Antiguo Testamento hebreo, el Tanak. Este, no es más que un relato distorsionado de la historia remota del pueblo hebreo, de sus leyendas y de sus creencias. Se compone de 24 libros agrupados en 3 partes, de las cuales la más importante es La Tora que a su vez consta de 5 libros, que son:
· El Génesis.
· El Éxodo.
· Números.
· Levítico.
· Deuteronomio.
De la Tora se saca en conclusión, básicamente, que existe un único Dios, Yahvé, firmante de un acuerdo con el pueblo judío, su pueblo. Como testimonio de esta Alianza el dios les entrega a la tierra de Canaán.
Las otras dos grandes divisiones son, Profetas y las Hagiografías. El Libro de los Profetas consta de una parte predominantemente histórica, con libros como el de Josué, Jueces, Samuel y el de los Reyes y de una parte más visionaria, con los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y el de Los Doce. Por último están las hagiografías, una recopilación de obras poéticas, narrativas y filosóficas. Entre ellas se encuentran el Libro de la Sabiduría, con los Proverbios y el Libro de Job, Los Cinco Rollos con el Cantar de los Cantares, el Libro de Ruth, Las lamentaciones de Jeremías, el Eclesiastés y el Libro de Ester.
El segundo libro sagrado hebreo es el Talmud el cual, se supone, recoge acertadas interpretaciones de los rabinos a la Tora y que por tanto son necesarias respetar para llevar una vida recta y pura, lejos del pecado. Su capítulo más importante es el Misna que regula la vida agrícola, las festividades, la vida familiar, la convivencia ciudadana, y recoge leyes relativas al Templo, a las purificaciones y a las bendiciones. El Misna es la base de toda la liturgia judía y es que el judaísmo es básicamente eso: reglamentación ética y ritual. Este libro ha sido fuente de graves conflictos con los cristianos, pues trata de forma peyorativa la figura de Jesús. Los cristianos, por su parte, no se sienten obligados a cumplir La Ley, puesto que consideran que con la llegada de Jesucristo la Fe sustituyó en importancia a la obediencia, como concepto religioso regidor y sobre todo, como Mecanismo de Salvación.
Los Rabinos
Son personas consideradas sabias por la comunidad y encargados de interpretar la Tora, en base precisamente a esa sapiencia, lo que les convierte automáticamente en jueces, pues la Tora es considerada por los judíos ortodoxos, tanto un código civil como penal. Los conocimientos que hacen a un judío doctor en la Ley, es decir rabino, proceden a su vez de otro rabino, quien tomó al primero, en su momento, como alumno. Así hasta remontarnos a Moisés, el primero de ellos, y primer eslabón de la cadena.
Las enseñanzas fundamentales
Desde el punto de vista judío habría cuatro tipos de hombres:
· Los gentiles, que representarían a los hijos menores de Dios y los cuales deberían someterse a las leyes de su hermano mayor, Israel, como mínimo acatar los mandamientos.
· Los israelitas propiamente dichos, que como pueblo elegido deberían regirse en todo momento por la Ley y respetar una gran cantidad de prohibiciones a las que los anteriores no están obligados en virtud de su minoría de edad.
· Siempre guiados por el concepto de pureza, salvaguardado este por toda esta retahíla de prohibiciones, están los sacerdotes judíos que deben practicar una estricta observancia, mayor aún que el pueblo llano.
· Finalmente se encuentra un solo hombre, el Gran Sacerdote, intermediario entre Dios y los hombres. Sólo él puede pronunciar el verdadero nombre de Dios y entrar en el sanctasanctórum, una vez al año, durante el Día del Perdón (Yom Kippur).
Tenemos pues, el concepto de puro/impuro que limita las conductas de los fieles con una serie de prohibiciones que son tanto más estrictas cuanta más responsabilidad tengamos acreditada hacia con Dios.
Según el Talmud, Dios ha creado el Universo para disfrute del hombre y a este para disfrute o servicio suyo. El ser humano posee tanto el instinto del bien como el del mal. Al ser Dios bien absoluto, cuando en el mundo triunfa el mal, Yahvé se retira y abandona al hombre a su suerte, pues no puede convivir con la maldad. Para que regrese la divinidad, el pueblo debe cumplir los mandamientos y La Ley a rajatabla, pues ello conduce, sin ninguna duda, a la senda del bien. El alma de un humano es eterna y su vida en este mundo es tan sólo un pequeño lapso de tiempo. A su muerte, el cuerpo regresa al polvo y el alma al Jardín del Edén, donde llevará una existencia puramente espiritual. Solamente un número limitado de almas viajarán a este mundo, de modo que cuando el cupo se cumpla, el Mesías vendrá y llegará el Fin de los Tiempos.
Práctica religiosa
· Se debe dedicar una oración a Dios antes de las tres comidas más importantes. Durante las oraciones y bendiciones los fieles deben de taparse la cabeza, pues se siente la presencia divina en lo alto, de ahí el uso del típico gorrito judío, el kippah.
· En alimentación se consideran consumibles los rumiantes con hendiduras en las pezuñas y los peces con escamas y aletas, al igual que todas las aves. El resto de animales están vedados para el creyente. Las prohibiciones también se extienden a la preparación de los alimentos, deben desangrarse primero de nada los alimentos y después remojarlos y lavarlos.
· El Sabbat (sábado) constituye el día en que se conmemora el descanso de Dios, después de finalizar la construcción del mundo. El día sagrado da comienzo el viernes con la puesta del sol y finaliza con la aparición de las primeras estrellas del sábado. Ese día no se debe realizar ninguna actividad laboral ni productiva, ni siquiera está permitido tocar dinero. Tampoco, ese día, está bien vistas aquellas actividades que generen esfuerzo, excepto el acto de procrear.
· La circuncisión conmemora la Alianza de Dios con el patriarca Abraham y se realiza actualmente a los bebes de 8 días. El rescate del primogénito, a los 30 días del nacimiento, es una ceremonia consiste en la compra simbólica del primogénito que evita que por tradición ancestral, el niño se consagre al sacerdocio. La mayoría de edad religiosa se alcanza a los doce años en las niñas y a los trece en los varones.
· Los entierros se producen con el cuerpo del difunto tan sólo envuelto en un sudario, pues polvo eres y en ello te convertirás. Se rechaza las autopsias y las donaciones. Los matrimonios con no judíos no están bien vistos, a menos que el gentil se convierta.
La Cábala
Se trata de un conocimiento secreto que se transmite de maestro a alumno y que pretende desentrañar los secretos del Universo. Aunque tradicionalmente se trataba de un saber comunicado oralmente, tuvo un gran desarrollo escrito durante la Edad Media, siendo en España donde Moisés de León escribiría la obra cabalística más emblemática, el Zohar. El cabalista pretende desentrañar la naturaleza de Dios a través del estudio de la Tora, que leída bajo ciertos prismas puede acercarnos a ese objetivo. La esencia de Dios es inaccesible pero se muestra mediante los 10 sefirot o emanaciones divinas, por medio de los 10 nombres secretos que la cábala pretende descubrir. El cabalista pretende conocer el camino que llevó de lo Uno a lo Múltiple, de lo Infinito a lo finito y del espíritu a la materia. Un universo que es un sistema en constante retroalimentación, energías divinas producen la vida, y esa vida, nosotros entre ella, contribuye a su vez, a alimentar y enriquecer la energía divina, consiguiendo así la regulación del Cosmos. Por ello el proceso creativo está en constante funcionamiento; y Dios nos ayuda porque nosotros le ayudamos. En la Totalidad o Infinito habría cuatro compartimentos o mundos:
· La emanación: Muy cercano al núcleo divino o esencia.
· La creación o Universo: Un poco más degradado que el anterior, da origen al pensamiento. De esto se podría deducir que el Universo está rociado por todas partes de esta cualidad.
· El verbo o lenguaje: Es el primer grado de manifestación divina, pues a través de él, Dios creó el mundo.
· La Materia: El último escalón, lo impuro por excelencia.
La influencia judía en el Temple
El interés de los templarios por la comunidad judía tenía una doble vertiente económica y religiosa. Este interés se plasmó con la implantación de las casas templarias en las proximidades a los barrios judíos, juderías y aljamas de las ciudades medievales. La aljamas eran los barrios de la España reconquistada donde vivían los judíos y musulmanes, tienen un significado prácticamente equivalente a morería o judería.
La secta de los asesinos
Los fumadores de hachís
Nada es verdad, todo está permitido.
(Hassan ben Sabbah, el viejo de la montaña)
Los llamados fumadores de hachís, los Asesinos, eran una secta chiíta liderada por el llamado "Viejo de las montañas". Su sistema de captación de fieles era un tanto sofisticado, drogaba a sus adeptos y los introducía en sus exóticos jardines, surtidos de cálido vino, hachís y hembras voluptuosas que les hacían volverse locos. Todo ello con el cometido de convencerles de que realmente estaban en el mismísimo Paraíso y lo que veían era sólo un anticipo. La promesa de que volverían y morarían eternamente en él si le seguían y obedecían ciegamente en todo, les motivaba a la realización de cualquier acto, por criminal y descabellado que este fuera. Hasan-i-Sabbah, que así era como se llamaba el Viejo, había sido visir del sultán egipcio, pero caído en desgracia hubo de abandonar palacio llevándose consigo un gigantesco bagaje de ira y rencor. Abandonado a su suerte, Hasan empezó a predicar que era el enviado de Dios y consiguió establecer su palacio al norte de Persia. Se decía que sus hombres drogados de hachís y fanatismo no dudaban en matar a las órdenes de su maestro, aunque eso les costase la vida. Tanta fama alcanzaron, que su nombre pasó a convertirse en sinónimo de criminal, de ahí la palabra asesino que utilizamos en Occidente.
La temeridad de la que hacían gala los miembros de esta secta infundía un miedo terrible a todos sus rivales, incluidos los reinos cristianos de Palestina. De hecho, algunos gobernantes les pagaban tributos con la intención de evitar la tentación de que pudiera ocurrírseles atentar contra ellos. Los asesinos parecían imparables. Sin embargo este terror no asustaba a los monjes templarios que sólo temían al Señor, y Hassan que era muy listo a la pregunta de por qué no mataba al Maestre templario respondía: "¿Para qué? ¿Para que pongan a otro?". En 1172 envió emisarios al rey Amalrico prometiéndole la conversión en masa de sus gentes y una alianza contra los sarracenos, lo cual el rey cristiano consideró favorablemente. En este punto de la narración entramos en uno de los misterios que nublan la historia de las cruzadas. Cuando los emisarios de los Asesinos regresaban con la buena nueva para su jefe, los templarios los emboscaron y les aniquilaron. El Gran Maestre templario, por entonces Odón de Saint-Amand, culpó a uno de sus subordinados, Gualterio De Mesnil, pero se negó a entregarlo para su castigo a los fumadores de hachís, ni siquiera al rey Amalrico, por lo que se sospecha que quizás Gualterio no era más que un mandado que obedecía órdenes precisas. Odón adujo, que sólo el Papa podía juzgar a un templario. Las razones que impidieron esta alianza no están claras, tal vez los templarios recelaban de las verdaderas intenciones de los Asesinos. El rey de Jerusalén se indignó como pocas veces, tanto, que se dice que llegó a solicitar incluso la disolución de la orden pero el tifus se lo llevó antes de que pudiera ejecutar sus planes. Tampoco la oferta del Viejo parecía muy de fiar. Desde luego muy extraño parece que aquellos fanáticos musulmanes de repente quisieran convertirse al cristianismo. La causa de la matanza y del respeto que los ismailitas tenían al Temple debemos buscarla en el episodio originado por la muerte de Raimundo III, hijo del Conde de Trípoli, a manos de uno de estos asesinos. La Orden, muy unida al conde, buscó venganza y ocupó los territorios del Viejo, al que exigieron un tributo de 12.000 piezas de oro. Con la conversión de la secta al cristianismo lo cierto era que los templarios hubieran dejado de percibir tan suculenta prebenda.
Los Asesinos tenían como misión proteger Tierra Santa, a la que consideraba el centro espiritual del planeta. La secta remontaba sus orígenes a una facción heterodoxa del Islam, los chiítas o fatamitas que consideraban a Ismael descendiente directo del profeta tanto por madre como por padre, al contrario que el líder oficialmente elegido que solo lo era por parte de padre. Posteriormente, el imán Abdallah ben Maimum apartaría aun más a sus seguidores de la influencia ortodoxa al crear un doctrina sincrética donde se reunían los saberes griegos, gnósticos, cristianos y judíos.
La sucesión ismaelita no era hereditaria, se basaba en extraños signos que marcaban al elegido con la sabiduría de aquellos gratos a los ojos de Dios y en base a la cual accedía al grado más alto de la secta.
Algunos opinan que la organización interna de la secta asesina y sus grados iniciáticos eran sospechosamente equivalentes a los de los templarios. Otros, por el contrario, consideran el hecho mera coincidencia. Se comenta que los templarios visitaron e incluso estudiaron en la casa rectora de los ismaelitas en el Cairo, la llamada Casa de la Sabiduría, y que incluso dado el carácter supuestamente sincrético del Temple, a donde iban a parar los caballeros más dispares, excomulgados, reos, convertidos... pudieron propagarse en el seno de la Orden herejías y conocimientos que poco a poco empezaron a formar parte de la orden por mera inercia.
Para muchos hay demasiadas coincidencias entre estas dos organizaciones, la templaria y la asesina, de modo que como dice Michelet:
"…ambas han sido construidas sobre las mismas doctrinas secretas, sobre un esoterismo único e invariable, que se extiende a través del mundo bajo diferentes velos..."
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