¿Adán y Eva, tenían ombligo?
martes, 26 de mayo de 2009
Apuntes sobre el Hombre - Lobo
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viernes, 22 de mayo de 2009
El verdadero Dr. Frankenstein
Uno de los iconos, el monstruo de Frankenstein, nació de la pluma de la escritora Mary Wollstonecraft Shelley.
Infinidad de películas se han inspirado en el clásico, pero... ¿en quién se inspiró Shelley?
El Doctor Frankenstein tiene un origen real. Se trata de Johann Konrad Dippel, un científico alemán del siglo XVII.
Dippel nació el 10 de Agosto de 1673. Era hijo de un pastor luterano, y estudió teología en Giessen en 1693. Publicó varios libros bajo el pseudónimo de Christianus Democritus, en los que discutía que la religión no debía ser un dogma, sino basarse en el sacrificio y el amor al prójimo. Sus teorías le obligaron a huir de sus detractores a través de Holanda, Alemania, Suecia o Dinamarca.
Llegó a predicar en Estrasburgo, aunque en la ciudad se dedicó principalmente a aprender alquimia y quiromancia. Sus experimentos para realizar tintes le llevaron a descubrir en 1704 el color azul Berlín junto a Heinrich Diesbach, con el que creó una fábrica textil en París. En 1711 se graduó como médico en Leiden.
Sus intentos de conseguir el sueño alquímico de convertir el plomo en oro, encontrar el elixir vitae o la piedra filosofal eran a veces plasmados en documentos firmados como Konrad Dippel Frankensteina, tras comenzar a realizar sus experimentos en el Castillo Frankenstein.
Pero lo que acrecentó la leyenda negra de Dippel fueron unos experimentos más oscuros. El científico machacaba órganos y huesos animales, que luego filtraba en tubos de hierro. De esta forma creaba el "Aceite de Dippel", que según él prolongaba la vida hasta más allá de los 100 años. Dippel costeaba sus estudios vendiendo el maloliente líquido (que no era realmente sino un estimulante) a los lugareños.
Dippel intentaba mejorar su fórmula constantemente. Para ello, terminó robando trozos de cadáveres del cementerio local. Entre varios de esos miembros humanos fue encontrado su propio cuerpo el 25 de Abril de 1734. Johann había estado probando la última mezcla de su aceite, que resultó ser letal. La espuma que asomaba entre los labios de su cadáver le delataba.
La gente del pueblo prefirió otra versión: Dippel había firmado un pacto con el diablo para evitar la muerte, y éste se había llevado su alma arrancándosela a través de su boca.
El castillo Frankenstein es una edificación cercana a Darmstadt (al sur de Frankfurt). Unos documentos encontrados en Leipzig hacen creer que fue construido en el año 948, y toma su nombre de la familia propietaria del mismo, los Franks. Dicha familia conquistó varias zonas de la Galia romana durante el siglo VI, incluyendo la zona suroeste de Alemania donde se localiza el castillo. Frankenstein significa "piedra de Frank", y se cree que el primer miembro de la familia en usar ese apellido fue Arbogast Von Frankenstein.
Curiosamente un miembro de la familia, George von Frankenstein forma parte de la leyenda de San Jorge en la zona. Tras fallecer en 1531, en su tumba aparece luchando con un dragón enroscado a su pierna. Cuenta la leyenda que George luchó con el dragón para salvar a su amada, a la que los pueblerinos iban a ofrecer para calmar al monstruo. Tras una encarnizada pelea ambos, caballero y dragón, murieron a causa de múltiples heridas, y el agua del río se oscureció por la sangre del dragón.El castillo fue casi destruido durante la II Guerra Mundial, aunque se restauró parcialmente durante los años 70.
El Castillo Frankenstein |
¿Cómo supo Shelley de la existencia del doctor? He aquí la controversia sobre si la escritora se basó o no en Dippel. Pero algunas notas de su hermanastra indican que Shelley realizó un viaje por el Rhin, parando en la localidad de Gernsheim, cercana al castillo. No parece difícil que Shelley escuchase allí la historia del doctor, que ya era conocido en los círculos académicos por sus trabajos y sus remedios.El viaje de Shelley finalizaba en Suiza, para visitar a Lord Byron. Fue en una conversación nocturna en su casa cuando decidieron idear cada uno una historia de terror. ¿Qué mejor base para una que la que supuestamente había escuchado durante su viaje?Parece poco probable que todas las coincidencias sean simple casualidad, por lo que Dippel se merece un sitio junto a Vlad "el Empalador" Tepes como figura inspiradora de los grandes clásicos del terror.
jueves, 21 de mayo de 2009
Los cinco aspectos de la Divina Madre (Apuntes gnósticos)
lunes, 18 de mayo de 2009
Los devoradores de cadáveres
Allá por el siglo VI a.C. los antiguos celtas del norte de Europa celebraban el Samhein (o La Samon) cada 31 de octubre, al anochecer. El ‘Samheim’ simbolizaba para los celtíberos un nexo de unión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Pensaban que los malos espíritus habitaban debajo de la tierra. Por este motivo tapaban pozos y cuevas, y los druidas invocaban el poder de la naturaleza, sobre todo el de tres árboles: el ciprés, el laurel y el pino, que simbolizaban la inmortalidad y el triunfo. De esta manera, pretendían evitar que los malos espíritus cruzaran la barrera que separaba los dos mundos, el día del ‘Samheim’. Los poblados celtíberos se quedaban sin luz y todos sus guerreros lo rodeaban con antorchas de fuego para impedir que los espíritus no deseados llegaran a las casas.
Lo que también preocupaba a los celtas era que esos fantasmas entraran en sus propios cuerpos. Para evitarlo -al igual que ocurre en otras tradiciones- recurrían a las pinturas. Como a través del ojo izquierdo se veían cosas terribles, esta zona de la cara se pintaba de color negro en el caso de los hombres, blanco en el de las mujeres y verde en el de los druidas. La otra parte del rostro se dejaba sin pintar porque con el ojo derecho se apreciaban cosas hermosas, como los espíritus de seres queridos. Finalmente, algunos druidas ofrecían macabros sacrificios humanos para así aplacar a los demonios.
Ya cristianizados los celtas, el ‘Samhein’ se convirtió en superstición, y la Iglesia Católica acabaría convirtiendo esta fiesta pagana en el Día de Todos los Santos. Esa fecha se convirtió en sinónimo de miedo a la muerte y los fantasmas. Inmigrantes irlandeses (católicos) trajeron esta superstición a América, donde pasaría a ser conocida como “Halloween”, corrupción derivada de la frase “All Hallow’s Eve”, que en inglés moderno significa “All Hallows Eve”, o sea “Víspera de Todos los Santos”.
El símbolo del Halloween fue una calabaza conocida como “Jack-o-’Lantern”, derivado a su vez de “Jack of the Lantern”, o sea “Jack de la Linterna”; según la superstición irlandesa. Jack-o-’Lantern fue un malvado que no era admitido ni en el cielo ni en el infierno. Vagaba por los caminos portando una linterna primitiva hecha de un vegetal. La gente lo ahuyentaba poniendo una linterna similar en sus ventanas.
La costumbre del “Truco o trato”, trick or treat en inglés, debe su origen a la persecución de los protestantes contra los católicos en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII.
Como consecuencia de estas persecuciones, el rey protestante James I y su Parlamento fueron víctimas de un intento de atentado; pero el plan fue truncado cuando Guy Fawkes, uno de los conspiradores, posteriormente ejecutado, habló bajo la presión de los verdugos y traicionó a sus compañeros.
El hecho dio lugar a una fiesta de carácter burlesco, en que pandillas de luteranos que protegían su identidad bajo máscaras lúgubres, celebraban la fecha del descubrimiento de la traición visitando los hogares católicos y exigiendo a sus acobardados moradores cerveza y pasteles. La amenaza, se hizo popular muy pronto: “Trick or Treat”. De esta manera el “Día de Guy Fawkes” llegó a América con los primeros colonos, se trasladó al 31 de octubre y se unió a la fiesta de Halloween.
Las fiestas de disfraces aluden a la superstición de los pueblos celtas, que se disfrazaban de monstruos para pasar desapercibidos ante los seres malignos sueltos la noche de ‘Samhein’. ¿Por qué creían en estos seres malignos? La cosa tiene su qué, pues desde muy antiguo se pensaba que los signos de putrefacción en el cadáver de un muerto -cuando comienza la descomposición de la carne, después de la autólisis-, se debían a los devoradores de cadáveres, los demonios que merodeaban las tumbas en busca de carne de fallecidos.
Si los devoradores de cadáveres aparecían la noche de Halloween, el día en que los demonios y las almas de los muertos salían de tus tumbas, los aldeanos se vestían imitando, de la mejor manera posible, la apariencia de los devoradores de muertos, para no ser confundidos con una potencial comida. Poco a poco se fue convirtiendo en una práctica más extendida, y la gente fue disfrazándose desde devoradores de cadáveres a fantasmas, brujas y vampiros. Hoy en día, con la globalización de por medio, esta práctica norteamericana se ha extendido a Europa, sin que la gente tenga la más mínima idea o conciencia de la razón por la que se están disfrazando y el sentido de este ritual.
jueves, 14 de mayo de 2009
Magia del Caos II
Estilo
La Magia del Caos es una meta-creencia: un sistema sin paradigma, o que puede acoplarse a todos los paradigmas. No importa la veracidad de tu técnica, sino los resultados que consigues. Aquí los magos del caos se dejan llevar por el fervor del método científico: ensayo y error. No debes creer nada que no hayas experimentado por ti mismo. Explora. Inventa algo. Si funciona, repítelo para verificarlo. Si es así, sigue con ello hasta que salga perfecto. Si no funciona, olvídate de ello. Lo que funciona para alguien no tiene que funcionar para cualquier otro. Como dijo una vez Peter Carroll: “todo lo demás es misticismo”. Lo único que importa son los resultados.
Herramientas
No existe un juego de focos básico para cualquier mago del caos, sino que depende de cada uno. ¿No te lo hemos repetido suficientes veces? Cualquier cosa que funcione, sirve. Ni siquiera tienes que estar de acuerdo con la técnica que estás usando. ¡¡Ni siquiera tienes que creer en la magia!! Lo único que importa es que al realizar ciertos actos, consigues que se produzcan, por una relación causa-efecto ineludible, ciertos resultados. Puedes usar todo tipo de objeto, técnica o situación que creas que concuerda con tu base de creencias o con el tipo de rito que intentes realizar en ese momento. Todo aquello que para ti simbolice algo, será mágico…( y sí, queremos decir TODO).
Esto puede permitir al narrador y al jugador avispados meter en el juego todos aquellos estilos de magia que consideraban que faltaban, o aquel ritual tan divertido que siempre quisieron meter pero no sabían en que paradigma encajarlo.
Sin embargo, hay una serie de técnicas generales que han ido trasmitiéndose entre los caóticos por su sencillez, su utilidad y porque pueden ser adaptadas al paradigma de cada uno.
Una de ellas es la utilización de sígiles. Un sígil es una representación simbólica cargada mágicamente. Para que funcione, el sígil debe primero ser dibujado y luego lanzado mentalmente mientras se está en Gnosis. Los sígiles sirven para manifestar deseos inconscientes, que suelen hacerse realidad en un periodo de tiempo que depende de su magnitud. En realidad los sígiles son una forma de concentrarte en una cosa sin pensar en ella: si pidieses el deseo conscientemente romperías el estado de no-pensamiento de la Gnosis y la magia no funcionaría.
Otra técnica muy común son los rituales de expulsión. Son un tipo de ceremonia de purificación y protección, que sirven para aislar al mago de influencias Exteriores, ayudarle en la concentración, salvaguardarle durante los rituales y evitar que se vuelva loco. Esta técnica te recuerda que no importa con cuantos dioses hables ni cuantas veces has viajado en el tiempo astralmente: sigues siendo humano, y después tendrás que ir a cenar con tu familia y mañana te espera otro largo día de trabajo… Existen muchos tipos de rituales de expulsión, que pueden ir desde sentarte en medio de una guardia salomónica inscrita en el suelo con tu espada mágica, hasta imaginarte una esfera de energía a tu alrededor custodiada por los cuatro arcángeles elementales o ser cosas tan sencillas como salir a correr después de cada sesión de magia o simplemente saber reírte de ti mismo.
Las Esferas del Caos
Como cualquier otra Tradición, los magos de caos poseen su propio punto de vista único acerca de las Esferas:
· Cardinal: Octarino – Inspirados por la obra de Terry Pratchet, los magos del caos han rebautizado la Esfera de Cardinal como el octavo color del espectro: Octarino, el color de la magia. Para ellos esta Esfera simboliza la magia pura, el vínculo intelectual que nos permite visualizar nuestro propio potencial mágico: nuestro Avatar. Focos comunes para esta Esfera pueden ser rocas mágicas talladas en formas geométricas, rayos y relámpagos o estatuas de dioses de la magia (Hermes, Isis, Odín…)
· Correspondencia: Continuum – Los magos del caos saben la verdad: los portales mágicos no son más que Agujeros de Gusano en el tejido del Punto de Correspondencia… Los focos de esta Esfera suelen mezclar Geometría Sagrada con diagramas cuánticos.
· Entropía: Probabilidad – La Rueda de la Vida y la Muerte es la fuerza que mantiene unido el Universo. Para descubrir sus secretos y poder alterar el ciclo, los caóticos combinan numerología cabalística tradicional, Tarot y moderna matemática del caos.
· Espíritu: Kia – Según explicó Jámbico, los espíritus son representaciones de las ideas inconscientes de la humanidad sobre las fuerzas cósmicas. Son nuestros más bellos sueños… y nuestras peores pesadillas. Para invocarlos, los magos caóticos utilizan el clásico ceremonial hermético, modificándolo según los gustos (añadiendo normalmente drogas o música apropiada). Últimamente se ha extendido la costumbre de invocar dioses inventados o que no deberían existir, sólo para demostrar el poder que puede llegar a tener el inconsciente colectivo. Así, no es raro encontrarte a magos invocando a dioses del Caos de obras de ficción, como el Duque del Caos Arioch, de las obras de Michael Moorcock, o Nyarlathotep, el Caos Reptante de los libros de H. P. Lovecraft. En el cómic “Los Invisibles”, Grant Morrison (guionista y mago del caos) mostraba un método para invocar a John Lennon como dios de la psicodelia…
· Fuerzas: Energía Elemental – Si sabes cómo interpretarlo, combinar los cinco elementos alquímicos con la teoría de los campos es relativamente sencillo. Dadas sus tendencias violentas, los caóticos anarquistas usan la praxis essentiae hermética junto con explosivo plástico para crear armas devastadoras.
· Materia: Materia – la física cuántica es un juguete maravilloso: no sólo afirma que estamos construidos de nada (tan sólo un montón de ondas cambiantes), sino que el principio de indeterminación impide que podamos estar seguros alguna vez de si eso es cierto. Esto, por supuesto, confirma la teoría de que el mundo nació del Caos… (no puede haber otra explicación para tanto disparate).
· Mente: Ingeniería Psiónica – Los virus de memes (partículas de información mental) y otras formas de piratería mental son viejos conocidos de los instructores caóticos que tratan de sacar de nuestros cerebros la programación Tecnocrática. Focos comunes para éste tipo de prácticas son la meditación, la propaganda, los poderes psíquicos, la ingeniería social, la psicología experimental, las artes marciales o las drogas.
· Tiempo: La Pared Sombra – Al igual que la teoría del Punto de Correspondencia dice para el espacio, todos los tiempos, pasados, presentes y futuros, existen en un sólo punto. Proyectando su yo astral en esa superesfera temporal, el mago puede enviar una representación de sí mismo a otras épocas cuando es necesario. La meditación, la danza y la matemática no euclídea sirven de foco para las energías cronales necesarias para abrir la puerta del túnel del tiempo.
· Vida: Zos – El componente sexual es la parte más importante de la magia de Vida para los caóticos. El orgasmo permite enfocar la energía erótica convirtiendo el propio cuerpo en un crisol alquímico. Otra forma de cambiar el Patrón vital es bailar para modificar el campo mórfico.
miércoles, 6 de mayo de 2009
Magia del Caos I
Todo es mentira. La Magia del Caos podría considerarse como la más moderna rama del ceremonial hermético. Hundiendo sus raíces profundamente en el anarquismo ontológico, esta anti-tradición se ríe de todo lo establecido, mezclando filosofía clásica con arte pop y rituales extáticos con matemática y física avanzadas.
Ese gran rollo histórico
Aunque la Magia del Caos como tal es un fenómeno moderno (nacido a finales del siglo XIX – principios del XX), su base filosófica puede rastrearse hasta las ideas dualistas del neoplatonismo y el gnosticismo.
Los principios que más tarde regirían el paradigma caótico se encuentran ya en las obras del filósofo Jámbico (250-325DC), fundador de la escuela Siria del neoplatonismo. Jámbico estudió taumaturgia en la escuela de Alejandría y sus ideas se extendieron rápidamente entre los cultos herméticos: separó los mundos espirituales de Platón, descubriendo nuevas categorías intermedias entre ellos, lo que describía una realidad muy parecida a la umbra actual. Además en sus escritos desveló la corriente más mística del pensamiento pitagórico, tejiendo un tapiz donde la matemática y la metafísica se fundían en un solo principio.
Sin embargo, su mayor logro provino de su intención de reconciliar el platonismo con las viejas creencias religiosas egipcias y asirias. Jámbico postuló que aunque los viejos dioses no existían realmente, se podía seguir utilizando magia para invocarlos, ya que las fuerzas cósmicas aparecerían bajo sus apariencias tradicionales. Es más, ni siquiera importaba bajo la apariencia de que dios las invocaras. Acababa de entrar en el mundo un concepto que será ya familiar a cualquier jugador de Mago: el sistema de meta-creencia, en el que se sustenta la idea de una realidad subjetiva.
No encontramos más datos históricos relevantes para la Magia del Caos (salvo quizás en las invocaciones enoquianas de John Dee) hasta principios del siglo XIX. Esta fue una época de resurgimiento para las Tradiciones. El Romanticismo llamaba a una nueva época de magia y misticismo. Surgieron gran cantidad de grupos iluministas que peleaban por redescubrir los “Grandes Misterios Arcanos de la Antigüedad”. Entre ellos se encontraban, por supuesto, los textos de Jámbico.
A finales del siglo XIX se orquestó una verdadera revolución del paradigma hermético, mediada principalmente por la orden del Golden Dawn (Amanecer Dorado) y Aleister Crowley. Se ha llamado a Crowley “el Picasso de los magos”. Creó un complicado sistema de magia que reunía elementos de la más Alta Magia Ritual hermética con tradiciones más propias del Culto del Éxtasis: cábala, enoquiano, taoísmo, budismo tántrico, simbología egipcia y meditación trascendental. Se separó del Golden Dawn tras desvelar todos sus secretos en una revista (y la consecuente y cruenta batalla espiritual con los líderes de la orden que según dicen llegó a durar varios meses) y se retiró a fundar su propia religión: la Thelema (o en palabras de la enloquecedora Entidad Exterior que poblaba sus noches “porque haz lo que quieras será toda la ley”).
Los trabajos de Aleister Crowley influirían en gran medida en la Magia del Caos, que posiblemente es la tradición occidental más influenciada por ideas orientales.
Otra miembro de la Golden Dawn, Dion Fortune, fusionó la numerología cabalística con matemática avanzada, formando las bases de la moderna Magia del Caos de la hermética Casa Fortunae.
Los heraldos del Caos
Sin embargo todavía nadie había creado un sistema mágico adecuado a la mentalidad filosófica y científica del siglo XX.
Y entonces apareció Austin Osman Spare. Mezclando las enseñanzas de Crowley con shamanismo, brujería e intelectualismo, Spare creó su llamado “sistema libre y obsesionante de magia”, el precursor de la Magia del Caos. Su magia decía enfocar la energía sexual a través de “letras sentientes”, que utilizaba para invocar espíritus o materializar deseos. Esta técnica cumplía los requisitos para ser considerada magia del caos: era simple, sin base paradigmática y altamente efectiva. Spare también desarrolló una división platónica del mundo en Zos (cuerpo) y Kia (alma) y estudió el concepto del Vacío.
Spare es considerado el “abuelo” de la Magia del Caos, pero realmente ésta no apareció hasta finales de los 70, gracias a los esfuerzos mágicos de dos jóvenes británicos: Ray Sherwin y Peter Carroll. Insatisfechos con el medievalismo reinante entre las Tradiciones Místicas por aquella época, Sherwin y Carroll decidieron crear su propio estilo mágico, uno que obtuviera resultados aplicando técnicas no dogmáticas de magia. Carroll rescató la técnica de “letras sentientes” de Spare y la desarrolló hasta conseguir los actuales sígiles mientras Sherwin enfatizaba un sistema dualista basado en la Muerte y el Sexo.
Juntos, Sherwin y Carroll dieron forma a la actual Magia del Caos, uniendo retazos de la Thelema, los cultos Zos-Kia de Spare, shamanismo y tantra con sus propias inclinaciones anárquicas. Pero al final terminaron separándose entre acusaciones mutuas de sectarismo y sus seguidores terminaron disgregándose (algunos dirían que caóticamente…).
Actualmente, y gracias sobre todo a la entrada de los Adeptos Virtuales en el Concilio de las Tradiciones, la Magia del Caos se ha vuelto hacia la ciencia, incorporando elementos de la mecánica cuántica, física teorética, ordenadores e Internet y la propia teoría científico-matemática del caos. Su facilidad de uso, su falta de dogmatismo y su calidad como Alta Magia Ritual están haciendo que la Magia del Caos se extienda como la pólvora entre los jóvenes magos tradicionales y sus primos Huérfanos. Quizás las Tradiciones (y la Tecnocracia) deberían empezar a seguir más de cerca este fenómeno…
Contra-filosofía
Todo es mentira. Éste es el principio filosófico del caos: “Todo fluye, nada permanece”. La creencia (al contrario de lo que piensan las otras Tradiciones) no es algo intocable, sino una realidad maleable y dinámica más, algo que puede (e incluso debe) ser cambiado. El resto – teoría, técnicas, focos, etc. – no importa a la hora de cambiar el mundo. Todo es negociable.
La Magia del Caos es una contra-filosofía, nihilista, post-moderna, anarquista y delirante (encaja con nuestros tiempos…). Los magos del caos ven que la vida misma es magia, incomprensible y absurda, pero magia al fin y al cabo. Les encantan palabras como probabilidad, flujo, cambio, anarquía y hablar de forma casi religiosa sobre teorías científicas y modelos matemáticos, como la física cuántica, los fractales o el último avance en ordenadores.
Debes abrazar la Muerte, porque sólo entonces podrás vivir la vida. Entiende que nada tiene sentido. Ríe ante las puertas del Apocalipsis. Despréndete de tu programación de robot: crea tu propio significado; no dejes que te lo dicten otros (ni tus padres, ni tus profesores, ni tu jefe, ni la televisión, ni la Tecnocracia y mucho menos ese $#!@%$ de reclutador de las Tradiciones). Conviértete en el arquitecto de tu propio Destino. Si nada es verdad, entonces todo está permitido.
Gnosis
No, no hemos cambiado de juego de repente… La Gnosis es “la madre del cordero” de la Magia del Caos. Sin Gnosis, todo lo demás no sirve de mucho, ya que en todas las técnicas caóticas los hechizos y recetas deben ser lanzados en estado de Gnosis.
La Gnosis es una consciencia mágica del mundo. Es la puerta que nos permite entrar en una nueva realidad. Es la apertura del chakra del tercer ojo reptiliano, que nos permite alcanzar una visión expandida del universo y de nosotros mismos. Es el Awen de los druidas, la no-mente de los artistas marciales. Es lo que nos permite dejar de pensar como primates y empezar a actuar como dioses.
En definitiva, la Gnosis es una especie de trance o, mejor dicho, un estado de percepción alterada.
Para alcanzar la Gnosis hay que vaciar lamente, parar la cháchara mental. Para ello cualquier método es bueno: drogas, sexo salvaje, bailar hasta caer al suelo y vomitar (rock, heavy metal, ská e incluso antiguas danzas derviche, pero nunca música bakalaera), meditación trascendental, pranayama, inhibición sensorial… Todo esto puede sonar un tanto extremo, ¡pero es condenadamente divertido!
Algunos Adeptos herméticos han teorizado que la Gnosis caótica es una forma de Ascensión escalonada. Los magos del caos van más allá: con la Gnosis no sólo se beneficia el que la practica, sino todos a su alrededor: cuanto más Gnosis experimentes, más Iluminación añadirás al consenso colectivo del mundo. O en otras palabras: ¡magia y pensamiento libre para todos (gratis)! (Si la Tecnocracia creyera que esto es realmente posible, hace tiempo que nos habría matado a todos…)
martes, 5 de mayo de 2009
¿Dónde comenzará la Tercera Guerra Mundial
“No toméis a los judíos y a los cristianos por amigos. Algunos de ellos son amigos de los otros, y quien de vosotros se amista con ellos, ciertamente es de ellos. En verdad, Alá no encamina al pueblo de los inicuos“. (El Corán V-56).
Pero si esto parece poco, vamos a ir mirando algunos pasajes del Corán, igual de interesantes.
“Y combatid en la senda de Alá a los que os combaten a vosotros y no infrinjáis. En verdad Alá no ama a los infractores“. (II-186).
“Y matadlos dondequiera que los encontréis, y echadlos de donde ellos os echaron a vosotros“. (II-187).
“Y matadlos hasta que no haya discordia, y haya la ley de Alá; pero si se abstienen, entonces, no haya enemistad, sino con los inicuos“. (II-189).
“Los que creen combaten en la senda de Alá y los que no creen, combaten en la senda de Tagut. Combatid, pues, a los amigos de Satán”. (IV-78).
“Combate a los infieles y a los hipócritas, y ensáñate en ellos. Y su morada será chehennam, y ¡qué mal paradero!” (IX-74).
El Islam debe implantarse por la fuerza, a través de la “jihad” (lucha). El Corán, como tal, está plagado de arriba a abajo de llamadas a la Guerra Santa en contra de los infieles, los incrédulos, los inicuos, los infractores, los amigos de Satán, y todos aquellos que no abracen su religión. Para llegar a esta conclusión no hace falta ser ningún entendido, simplemente hay que limitarse a leer el Corán, interpretándolo en su sentido literal.
Una de las partes más interesantes es aquella que dice que al llegar al Paraíso tendréis “huríes enclaustradas en pabellones”. Las huríes, para quienes no lo sepan, son “mujeres honorables creadas por Dios en el Paraíso para los amigos de Dios, dotadas de inteligencia y razón discursiva, y obedientes a Dios en la vida feliz que han sido creadas”. En definitiva, se les dice a los musulmanes que, aparte de obtener manjares y bebidas en el Paraíso, también obtendrán placeres sexuales por parte de las huríes, al llegar a este peculiar Paraíso, al que se ingresa por la puerta grande en caso de Jihad.
La historia del profeta Mahoma, cuando menos, es singular. El profeta murió aproximadamente en el año 632 según nuestro calendario. Las primeras noticias de su vida fueron redactadas ciento veinte años después por Ibn Ishaq. Sin embargo, el original se perdió y sólo puede ser consultado en su forma revocada por Ibn Hisham, quien murió en 834. Añádase a toda esto el cómo los seguidores del profeta ensamblaron el Corán o cómo quedaron sus aleyas, modificados y codificados por sus discípulos. Este problema se ve acrecentado por la descendencia. Mahoma fue general y político y un padre prolífico, aunque no dejó instrucciones sobre quién debía sucederle. Las disputas sobre el liderazgo comenzaron casi tan pronto como murió, y el Islam tuvo su primer gran cisma, entre suníes y chiítas, incluso antes de establecerse como sistema. Entiéndase que entre ellos también tienen, entonces, sus discrepancias internas.
A todo ello, si entre el pueblo pakistaní y el de la India, ya existen divergencias graves por tratarse de un único país que fue dividido en dos mitades, por razones religiosas entre hindúes y musulmanes, ni qué decir tiene que sucede algo parecido entre israelíes y el mundo árabe. Contenciosos donde los fanáticos de siempre se encuentran involucrados.
Justo cuando iba a comenzar a escribir estas líneas, el conflicto entre palestinos e israelíes ha comenzado de nuevo. No creo que vaya más allá de unas escaramuzas, en previsión de una ofensiva mayor. ¿Pero cuándo llegará ésta? Esa es la gran pregunta.
Los judíos, un pueblo acostumbrado a lamentarse de todo, es muy dado a la provocación. Ello me sirvió para ver el mayor desafío planeado por el estado de Israel: la reconstrucción del Templo de Salomón, el lugar que acogió el Arca de la Alianza, símbolo de la unificación de este pueblo semita.
Todo podría parecer de lo más correcto, si no fuera porque las ruinas del Templo de Salomón, donde se tendría que levantar la nueva edificación, se encuentran debajo de la llamada Cúpula de la Roca.
Leamos en la Wikipedia algo más acerca de la Cúpula de la Roca, también llamada en lengua árabe, “Qubbat as-Sajra, un templo islámico situado en Jerusalén, en el centro de la Explanada de las Mezquitas. Fue construido entre los años 687 y 691 por el noveno califa, Abd al-Malik. También se le conoce como la mezquita de Umar (aunque en realidad no es una mezquita al uso) debido a que es el lugar donde el segundo califa Umar rezó tras la conquista de Jerusalén por parte de los musulmanes. Los musulmanes consideran además que éste fue el lugar donde Mahoma subió al cielo”.
O sea, por un lado, tenemos que la Cúpula de la Roca se encuentra en el mismo lugar donde Mahoma fue llevado hasta Alá, acompañado del arcángel Gabriel. Por otro, es el mismo sitio donde estuvo situado el Templo de Salomón, y donde según la tradición judía, Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, ante los ojos de Dios. El mismo terreno donde Jacob ascendió por su singular escalera hacia el cielo.
¿Alguien se imagina lo que ocurriría si Israel destruyera la Cúpula de la Roca para construir sobre ella el nuevo Templo de Salomón?
Si todavía hay quien alberga dudas, sólo le diré una cosa. La bandera de la organización terrorista Hamas contiene tres colores, cuya izquierda viene precedida de tintes rojos, con un escudo en su interior. Escudo donde se dibuja… ¡la Cúpula de la Roca!
¿Existe mayor afrenta que derribar la Cúpula de la Roca para reconstruir encima un símbolo sionista? ¿Somos capaces de imaginar siquiera lo que ocurriría si se convierte en realidad? Y si te digo a ti, que lees estas líneas, que entre los planes de Israel se encuentra la reconstrucción del Templo de Salomón, ¿qué crees que ocurrirá después?