Ernst Schäffer, cazador y biólogo alemán, participó en dos expediciones a Tíbet, en 1931-1932 y en 1934-1936, por deporte e investigación zoológica. El Ahnenerbe le patrocinó una tercera expedición (1938-1939) ante la invitación oficial del gobierno tibetano. La visita coincidió con la renovación del contacto tibetano con Japón. Una posible explicación para tal invitación es que el gobierno tibetano deseaba mantener relaciones cordiales con los japoneses y sus aliados alemanes como contrapeso ante los británicos y chinos. Así, el gobierno tibetano dio la bienvenida a la expedición alemana en la celebración de Año Nuevo (Losar) de 1939 en Lhasa.
En Fest der weissen Schleier: Eine Forscherfahrt durch Tíbet nach Lhasa, der heiligen Stadt des Gottkönigtums (Festival de los pañuelos de gasa blancos: una expedición científica a través de Tíbet hasta Lhasa, la sagrada ciudad del reino del rey dios) (1950), Ernst Schäffer describe sus experiencias durante la expedición. Durante las celebraciones, reportó que el oráculo de Nechung advirtió que aunque los alemanes traían dulces regalos y palabras, Tíbet debía ser cauteloso pues el líder alemán era como un dragón. Tsarong, el ex-director militar pro-japonés de Tíbet, trató de suavizar la predicción. Dijo que el regente había oído mucho más del oráculo, pero que no estaba autorizado a divulgar los detalles. Que el regente recitaba plegarias diariamente para que no hubiera guerra entre los británicos y los alemanes, ya que esto también significaría terribles consecuencias para Tíbet. Ambos países debían comprender que toda la gente de bien necesita hacer plegarias con el mismo objetivo. Durante el resto de la estancia de Schäffer en Lhasa, se dieron frecuentes reuniones con el regente en las que reinó la afinidad entre ellos.
Los alemanes estaban muy interesados en establecer relaciones amistosas con Tíbet. Sin embargo, sus propósitos eran ligeramente diferentes a la de los tibetanos. Uno de los miembros de la expedición de Schäffer era el antropólogo Bruno Beger, que fue el responsable de la investigación racial. Al haber trabajado con H.F.K.Günther en Die nordische Rasse bei den Indogermanen Asiens (La raza nórdica entre los indo-germanos de Asia), Beger suscribía la teoría de Günther de una “raza nórdica” en Asia Central y Tíbet. En 1937, había propuesto un proyecto de investigación de Tíbet Oriental y, con la expedición de Schäffer, planeaba investigar científicamente las características raciales del pueblo tibetano. En su camino hacia Tíbet, en Sikkim, y posteriormente en Tíbet, Beger midió los cráneos de trescientos tibetanos y habitantes de Sikkim y examinó algunas otras de sus características físicas y marcas corporales. Concluyó que los tibetanos ocupaban una posición intermedia entre la raza mongola y las razas europeas, con la presencia del elemento racial europeo mostrándose primordialmente entre la aristocracia.
Según lo que Richard Greve expone en "Tibetforschung in SS-Ahnenerbe (Investigación tibetana en el SS-Ahnenerbe)" publicado en la edición de T.Hauschild Lebenslust und Fremdenfurcht, Ethnologie im Dritten Reich (Pasión por la vida y xenofobia, etnología en el Tercer Reich) (1995), Beger sugirió que los tibetanos podrían jugar un papel importante después de la victoria final del Tercer Reich. Podrían servir como una raza aliada en una confederación pan-mongola bajo la protección de Alemania y Japón. Aunque Beger también recomendó que se llevaran a cabo estudios más a fondo para medir a todos los tibetanos, no se emprendieron más expediciones a Tíbet.
Supuestas expediciones ocultistas a Tíbet
Varios estudios de posguerra sobre nazismo y ocultismo, tales como el de Trevor Ravenscroft en La lanza del destino (1973), han afirmado que bajo la influencia de Haushofer y la Sociedad Thule, Alemania envió expediciones anuales a Tíbet de 1926 hasta 1943. Su misión era, primero encontrar y después mantener contacto con los antepasados arios en Shambala y Agarti, ciudades subterráneas ocultas bajo los Himalayas. Expertos en el tema servían como guardianes de secretos poderes ocultos, especialmente del vril. Las misiones buscaban su ayuda para aprovechar dichos poderes en la creación de la suprema raza aria. De acuerdo con estos relatos, Shambala rechazó proporcionar ayuda alguna, pero Agarti accedió a ofrecerla. Posteriormente, desde 1929, supuestamente, grupos de tibetanos fueron a Alemania y fundaron logias conocidas como la Sociedad de los Hombres Verdes, en conexión con la Sociedad del Dragón Verde en Japón, con la intermediación de Haushofer, que supuestamente ayudaron a la causa nazi con sus poderes ocultistas. Himmler se sentía atraído por estos grupos de expertos tibetanos y agartianos y se cree que por su influencia fundó el Ahnenerbe en 1935.
Además del hecho de que Himmler no fundó el Ahnenerbe, sino que lo incorporó a las SS en 1937, el relato de Ravenscroft contiene otras afirmaciones dudosas. La principal es el supuesto apoyo de Agarti a la causa nazi. En 1922, el científico polaco Ferdinand Ossendowski, publicó Bestias, hombres y dioses, en el que describe sus viajes a través de Mongolia. En él relataba haber oído hablar de la ciudad subterránea de Agarti bajo del desierto de Gobi. Sus poderosos habitantes vendrían a la superficie, en el futuro, a salvar el mundo del desastre. La traducción alemana del libro de Ossendowski, Tiere, Menschen und Götter, apareció en 1923 y se hizo muy popular. No obstante, Sven Hedin publicó Ossendowski und die Wahrheit (Ossendowski y la verdad) en 1925, en el que desacreditaba las afirmaciones del científico polaco. Señala que Ossendowski había recogido la idea de Agarti de la novela de Saint-Yves d’Alveidre de 1886 Mission de l’Inde en Europe (Misión de India en Europa) para hacer su historia más atractiva al público alemán. Ya que Hedin tenía una gran influencia en el Ahnenerbe, es poco probable que esta oficina haya enviado una expedición específicamente para encontrar Shambala y Agarti y, posteriormente, hubiera recibido ayuda de la última.
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